El Gobierno quiere situar la tasa de empleo en el 80% y la del desempleo en el 7% en 2050, según se desprende del proyecto 'España 2050. Fundamentos y propuestas para una Estrategia Nacional de Largo Plazo' presentado este jueves por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.
De hecho, según sus proyecciones, la tasa de empleo podría situarse en el 68% en 2030 y en el 72% en 2040, mientras que la de desempleo bajaría al 12% en 2030 y al 10% en 2040. De esta forma, España reduciría su tasa de desempleo a los niveles de la Unión Europea (7%) antes de mediados de siglo.
Asimismo, el documento plantea propuestas para elevar la tasa de empleo femenina hasta equipararla a la de los hombres antes de 2050 (82%), para incrementar la inserción de los mayores de 55 años 15 puntos (68%) o para reducir el número de horas trabajadas a la semana hasta situarlas en los niveles europeos (35 horas en 2050).
El envejecimiento de la población hará que en España haya 3,7 millones de potenciales trabajadores, lo que podría provocar una caída de los ocupados del 0,5% anual de aquí a 2050, frente al incremento del 2% que se vivió entre 1995 y 2019.
El documento dice que para neutralizar esta pérdida de fuerza laboral, habrá que aumentar las tasas de empleo de las mujeres, los jóvenes y las personas mayores de 55 años, incentivar la inmigración legal y potenciar la recuperación y atracción del talento". Además, apunta que el objetivo debe ser el de reducir la tasa de desempleo a menos de la mitad y alcanzar una tasas de empleo similar a la de los países más avanzados de Europa y pasar a aumentar la tasa de empleo del 62% hasta el 80% en 2050.
"Es una meta ambiciosa, pero factible que ya han alcanzado varios países de nuestro entorno", dice el documento, que pone de relieve que España ha experimentado una transformación "profunda" de su mercado laboral en las últimas décadas, que ha permitido reducir las diferencias de género y mejorar los derechos y condiciones laborales. Para aprovechar las oportunidades de futuro, aboga por modernizar el tejido productivo, actualizar y reforzar las políticas activas de empleo, adecuar el marco normativo a las nuevas realidades económicas y laborales, actualizar los mecanismos de negociación colectiva y mejorar las condiciones de trabajo.
Así, apuesta por corregir las deficiencias del sistema productivo y fomentar la creación de empleo de calidad, actualizar y reforzar las políticas activas de empleo, por modernizar el marco normativo para reducir la tasa de paro y la temporalidad y adaptarlo a las nuevas realidades sociales, económica y laborales, por modernizar también la protección social, ampliar los mecanismos de negociación colectiva, fomentar la participación laboral de jóvenes, mujeres y mayores de 55 años, por incentivar la inmigración laboral y recuperación de talento y por impulsar un trabajo más saludable y satisfactorio.
REVISAR LA REGULACIÓN LABORAL
El texto señala que se tienen que corregir algunas "disfuncionalidades normativas" si se quieren sentar las bases de un mercado laboral más eficiente y equitativo. Es por ello por lo que apuesta por revistar la regulación laboral, la negociación colectiva y las políticas activas de empleo.
Respecto a la regulación laboral, dice que la contratación temporal sigue teniendo un peso "excesivamente elevado" en el mercado laboral español, que se traduce en una alta volatilidad al fomentarse el ajuste extensivo basado en contratar y despedir, en lugar de favorecer el ajuste intensivo, en el que las empresas y los trabajadores negocian cambios en los salarios o las horas trabajadas.
REDUCIR LA TEMPORALIDAD Y MODIFICAR LA NEGOCIACIÓN COLECTIVA
"Si se quiere reducir el desempleo temporal y lograr una mayor tasa de conversión de temporales a indefinidos, habrá que erradicar la cultura de la temporalidad de las relaciones laborales", según el documento. Sobre la negociación colectiva, cree que esta presenta "flaquezas importantes" que deben ser resueltas para que pueda seguir desempeñando su "importante papel".
Asimismo, destaca que, en España, las elevadas tasas de paro han hecho que una gran proporción de los recursos destinados a la lucha contra el desempleo se hayan destinado a políticas pasivas (en su mayoría, prestaciones gestionadas por el Estado), mientras que los recursos dedicados a las políticas activas (transferidas a las comunidades autónomas) han sido considerablemente menores.
De hecho, considera que si se resuelven las carencias de las políticas activas de empleo, permitirá que las instituciones laborales sean más eficientes a la hora de activar, orientar y guiar a los desempleados hacia la reinserción laboral y se reducirá sustancialmente el tiempo que tarda una persona desempleada en España en volver a trabajar. Además, apuesta por elevar la financiación hasta alcanzar el 0,25% del PIB en 2030 y del 0,4% en 2050.
EL PARO DEPENDERÁ DE LA REASIGNACIÓN DEL EMPLEO TRAS EL COVID
Por otro lado, el documento destaca que lo que pase de aquí en adelante en el mercado laboral dependerá de cuántos de los cientos de miles de personas que actualmente están en un ERTE o los beneficiarios de la prestación por cese logren conservar su empleo y mantener su negocio abierto una vez finalice la extensión de estas ayudas.
Asimismo, cree que la evolución del paro dependerá de la capacidad del país de llevar a cabo una reasignación sectorial del empleo tras el impacto asimétrico de la pandemia. "Será fundamental que tanto los ERTE como las prestaciones por cese de actividad se articulen de modo que sigan evitando una pérdida mayor del tejido productivo y no comprometan la necesaria reasignación del empleo entre ramas de actividad", dice el texto.
El mayor riesgo depende de que el incremento del desempleo se cronifique y derive en un aumento de la precariedad y de la desigualdad. Sin embargo, considera que la crisis del Covid traerá oportunidades importantes que, si se aprovechan bien, "podrían ayudar a mejorar notablemente las condiciones laborales en España". Así, ve probable que se aceleren tendencias de transformación necesarias como la digitalización de las empresas y las administraciones, el incremento del trabajo en remoto, la flexibilización de horarios destinada a lograr una mayor conciliación de la vida personal y profesional y la revalorización de los trabajos esenciales.
Para que la recuperación sea sostenida y beneficie a la mayoría de la población, deberá ir acompañada de una reforma "profunda" del mercado laboral que corrija las deficiencias que lleva arrastrando el mercado desde hace décadas, cree empleo de calidad y prepare al país para lidiar con los fenómenos de la transformación del trabajo, el envejecimiento o la contracción de la fuerza laboral.
"Todas estas transformaciones en la forma en la que concebimos, realizamos y organizamos el trabajo traerán desafíos, pero también oportunidades inmensas a nuestro país, que serán minimizadas o maximizadas en función de cómo de previsora y eficiente sea la respuesta de las administraciones, las empresas, los sindicatos y la ciudadanía a la hora de regularlas y canalizarlas", según dice el texto.