Los ministros de Finanzas del G7, que agrupa a Canadá, Estados Unidos, Japón, Francia, Alemania, Italia y Reino Unido, además de contar con la presencia de la UE, se reunirán presencialmente en Londres durante este viernes y el sábado con el objetivo de acercar posiciones de cara a fijar las bases de la nueva fiscalidad internacional, incluyendo el establecimiento de un impuesto mínimo universal para las grandes corporaciones.
El encuentro, que supondrá la primera misión internacional de Janet Yellen como secretaria del Tesoro de Estados Unidos y la primera reunión cara a cara de los ministros de Finanzas del G7 desde el estallido de la pandemia, estará presidido por Rishi Sunak, ministro de Finanzas y responsable del Tesoro del Reino Unido, así como por Andrew Bailey, gobernador del Banco de Inglaterra.
"Es fantástico poder tener finalmente una reunión cara a cara con la Secretaria Yellen antes de la reunión financiera del G7 que comienza mañana (este viernes) en Londres. Continuaremos trabajando con nuestros socios globales para asegurar una recuperación ecológica y sostenible", ha declarado Sunak tras un encuentro con su homóloga estadounidense previo a la cumbre.
La presidencia británica ha establecido como prioridades financieras para el programa de 2021 la protección del empleo y el apoyo a la recuperación económica mundial, así como trabajar para alcanzar una solución global a los desafíos fiscales creados por la digitalización de la economía, ayudar a las economías globales a alcanzar sus objetivos de cero emisiones netas y proporcionar el apoyo necesario a los países más vulnerables del mundo.
La reunión de los ministros de Finanzas del G7 será seguida la semana que viene de la cumbre de los líderes del G7, que se reunirán del 11 al 13 de junio.
De este modo, a pesar de que el G7 no tiene un papel formal en el proceso de discusión de la nueva fiscalidad internacional, un pacto en el seno de este grupo supondría un notable impulso para alcanzar un acuerdo en las negociaciones formales que se están desarrollando al respecto en el G20 y en la OCDE.
En este sentido, Estados Unidos ha rebajado sus aspiraciones sobre un impuesto mínimo de sociedades a nivel global, reduciéndolas del 21% a una tasa efectiva del 15% con el fin de ampliar el consenso al respecto.