Funcas ha revisado cuatro décimas al alza su previsión del crecimiento de la economía española para 2024, situando ahora su estimación del Producto Interior Bruto (PIB) en el 2,5% ante la mejora prevista del consumo privado dada la mayor disponibilidad de ahorro y tras incorporar el dato del primer trimestre, mejor de lo esperado.
Como detalla, consideran que la aceleración se percibirá tanto en el consumo privado, gracias a la mejora de la renta disponible de los hogares y al recurso al ahorro, como en la formación bruta de capital fijo.
"La inversión en infraestructuras será la más dinámica, por el impulso de los fondos europeos, mientras que la construcción residencial y la inversión en equipo, sobre las que pesan los cuellos de botella en el mercado de vivienda en un caso y los tipos de interés en el otro, tendrán un comportamiento más moderado", dicen.
No obstante, creen que el consumo público será el único componente de la demanda interna que se frenará, en un contexto de prórroga presupuestaria y de reactivación de las reglas fiscales europeas. Y añaden que el ritmo de crecimiento del PIB irá perdiendo fuelle tanto por la demanda interna como por el sector exterior.
En consecuencia, la estimación para 2025 baja dos décimas, hasta el 1,8%, "con un claro perfil de desaceleración de las tasas de crecimiento intertrimestrales", apuntan.
Desde Funcas matizan que estas perspectivas de crecimiento dependen de la inversión, variable determinante para incrementar la productividad y el crecimiento potencial: "A este respecto, surgen dudas. En primer lugar, el repunte previsto de la inversión en vivienda apenas será suficiente para resolver el déficit habitacional. Por tanto, a falta de reformas, persistirán las tensiones en el mercado de vivienda, frenando la movilidad y la población activa. En segundo lugar, la inversión en equipo y otros productos apenas recuperará en 2025 su nivel anterior a la pandemia, siendo esta variable una de las más rezagadas y uno de los principales rasgos negativos de la economía española".
Por otro lado, en cuanto a la inflación, calculan que apenas bajará este año como consecuencia de los ajustes del IVA e impuestos especiales, de los acuerdos de recuperación de poder adquisitivo y del débil comportamiento de la productividad.
Estiman que cerrará este año en el 3,3%, dos décimas menos que en 2023, y que para 2025 la inflación se moderará, si bien todavía se situará por encima del objetivo del 2% tanto en España como en el resto de la eurozona.
Mientras, prevén que el tirón del empleo se mantendrá, con la creación de 730.000 puestos de trabajo netos en el conjunto del bienio 2024-2025. Sin embargo, "el crecimiento del empleo irá perdiendo vigor durante el próximo ejercicio como consecuencia de la moderación de la economía y de la población activa (menor entrada prevista de trabajadores extranjeros, tras el rebote de la pospandemia)", con lo que la tasa de paro se situará en el 10,3% en términos medios en 2025.
Respecto al déficit y la deuda pública, vaticinan que descenderán en porcentaje del PIB, fruto sobre todo de factores coyunturales. Este año, la senda fiscal se situaría dentro de los límites de las nuevas reglas europeas. A partir de 2025, sin embargo, el déficit público se estancaría en el entorno del 3%.