- Le Pen pretende restaurar el franco como moneda de curso legal
- La candidata de extrema derecha ha evitado presentar un marco presupuestario detallado, que es la señal clara de que el partido todavía no está muy seguro de la política económica
- Un 71% de votantes quiere permanecer en el euro y en la UE
Una de las propuestas estrella del programa con el que el Frente Nacional de Marine Le Pen piensa ganar las elecciones en Francia es la convocatoria de un referéndum sobre la permanencia del país en el euro. La líder de la ultra-derecha gala ha asegurado que, si se hace con el Elíseo, tiene la intención de iniciar una ronda de contactos con los otros 18 países que forman parte de la unión monetaria y convocar la votación en el plazo de seis meses después de las elecciones. La opinión de los economistas es casi unánime: el abandono de la ‘moneda única’ acarrearía situaciones para Francia que van de lo imprevisible a lo catastrófico y el país se abocaría a una situación insostenible.
Los franceses parecen estar de acuerdo. Un 71% de electores quieren mantener el euro como divisa y permanecer en la Unión Europea (UE). La propuesta de la candidata de la ultra-derecha es restaurar el franco, una opción que no parece tener recorrido entre los votantes. Aún así, Le Pen ha vuelto a avanzar a su principal oponente y candidato de la plataforma “En Marcha”, Emmanuel Macrom, a quien aventajaría por un mínimo porcentaje de votos en la primera vuelta de las elecciones que se celebra el 23 de abril. Según datos compilados por Natixis AM, la candidata ultra obtendría casi el 25% de los votos y aventajaría al líder centrista, que se quedaría por debajo. En la segunda ronda de los comicios, el triunfo de Macron es aplastante: se haría con más del 60% del electorado, según los sondeos.
El Frente Nacional espera un objetivo de crecimiento del 2% desde el próximo año y del 2,5% en los próximos cinco años, algo muy “difícil de entender” para los expertos de Saxo Bank
Este resultado podría ampliarse aún más si los electores analizaran el programa económico del Frente Nacional. Al menos esto es lo que apunta Christopher Dembik, economista de Saxo Bank, quien hace hincapié en las poco elaboradas propuestas económicas del partido anti-europeo, que “ha evitado presentar un marco presupuestario detallado, señal clara de que el partido aún no está seguro de la política económica”. El analista pone en cuarentena los datos que se han publicado por el Frente Nacional hasta la fecha que “confirman un sesgo de optimismo excesivo que no se basa en hechos creíbles”. Por ejemplo, el Frente Nacional espera un objetivo de crecimiento del 2% desde el próximo año y del 2,5% en los próximos cinco años, algo muy “difícil de entender” para el economista que duda que se puedan alcanzar semejante crecimiento “sin introducir reformas que puedan impulsar la actividad económica, incluso considerando que se planean alrededor de 86.500 millones de euros de gastos”.
Lo mismo pasa con la salida de Francia del euro, que Le Pen vaticina que permitirá al país recuperar su independencia monetaria y su soberanía. Vaya por delante Dembik avisa que “el coste de la salida de la zona euro no puede ser evaluado por modelos econométricos ya que tal cisne negro nunca ha ocurrido en la historia moderna”, pero sí desmonta, en una reciente nota para clientes, todas y cada una de las supuestas ventajas que, según la candidata populista, aportaría al pueblo francés.
DEVALUACIÓN DEL NUEVO FRANCO, INFLACIÓN... LAS REPERCUSIONES DE LA SALIDA DEL EURO
Para empezar está la cuestión de la deuda que pone en juego la entrada de nuevos capitales en el país. La salida de la zona del euro conduciría a la redenominación de la deuda nacional en francos nuevos, que ascendía al 96,2% del PIB en 2016 y se calcula que se incremente hasta el 96,5% este año, por encima del 60% estipulado por las autoridades comunitarias europeas. Pero para el experto de Saxo Bank, la cuestión no está tan relacionada con la deuda pública, sino con la deuda externa privada de los hogares y las empresas, que alcanza casi el 150% del PIB. "Es obvio que los acreedores extranjeros no aceptarán fácilmente que se les reembolse en esta nueva divisa, lo que causará numerosas quejas en jurisdicciones internacionales y bloqueará la entrada de nuevas inversiones en el país", explica.
Por otra parte, Marine Le Pen ha subrayado repetidamente su determinación de que el nuevo franco se convierta en una banda de fluctuación similar al sistema monetario europeo. “Sin embargo, este sistema no es inmune a la especulación”, avisa el economista de Saxo Bank. “Si el mercado considera que el tipo de cambio no refleja la situación económica de un país, los inversores atacarán la moneda, como fue el caso de la libra esterlina en 1992”, indica el experto que espera una devaluación de al menos “el 20% del nuevo franco”. Una situación de crisis en el país galo que “ya no tendría el escudo protector del BCE y sería totalmente impotente ante la especulación internacional”.
El Frente Nacional reconoce que la devaluación de la divisa es un hecho, algo que, según defienden, les permitiría recuperar la competitividad. Pero una vez más, según el experto están equivocados. Recuerda el experto de Saxo Bank que el partido considera que sería una buena solución para no proceder a la devaluación salarial, como fue el caso en Portugal y en España, pero esta situación “aportaría un soplo de aire fresco temporal a la economía y además vendría acompañado del incremento del coste de las importaciones”, indica Dembik.
Las compras de productos a otros países de Francia subieron en 2016 un 0,3% hasta los 517.475,6 millones de euros. Francia es un de los países con mayor volumen de importaciones del ranking mundial y representan el 23,25% del producto interior bruto (PIB) del país. Los últimos datos del mes de enero, publicados en marzo, muestra que el país que aún gobierna François Hollande incrementó su déficit comercial hasta los 7.900 millones de euros, desde los 3.600 millones de euros del mes anterior. Explica el experto de Saxo Bank que esto sólo empeoraría el auge en la inflación que dejaría la depreciación del nuevo franco y desembocaría en un incremento de precios al consumidor.
La paradoja del Frente Nacional es que quiere “defender el poder adquisitivo del pueblo francés” pero, al mirar hacia la salida de la zona euro, tendrá el impacto exactamente opuesto ya que reducirá el poder adquisitivo
La paradoja del Frente Nacional es que quiere “defender el poder adquisitivo del pueblo francés” pero, al mirar hacia la salida de la zona euro, tendrá el impacto exactamente opuesto ya que reducirá el poder adquisitivo debido a la inflación, explica Dembik.
LA SOLUCIÓN: EL PROTECCIONISMO
El dique de contención de este descalabro económico es el proteccionismo que ha sido largamente reivindicado como la mejor solución para detener la desindustrialización de Francia (la participación de la industria en el PIB de Francia ha caído del 25% al 10% desde los años sesenta), expone el analista de Saxo Bank, que también muestra su escepticismo sobre las dos reformas que propone el partido de Le Pen en este ámbito.
La primera iniciativa va orientada a penalizar la libre circulación de trabajadores en la UE con un impuesto sobre los nuevos contratos firmados por empleados extranjeros para financiar las prestaciones por desempleo. “Tal idea no es nada nueva y es compartida por varios partidos políticos franceses (derecha e izquierda) para luchar contra la directiva Bolkestein y la movilidad laboral dentro de la UE”, indica Dembik, quien la califica de “engañosa” porque Francia presenta escasez de mano de obra en muchos sectores. “Si las empresas no encuentran ciertas habilidades en el mercado interno, es completamente normal que busquen a los extranjeros para colmar la demanda”, argumenta.
El otro punto de su programa es gravar con aranceles las importaciones de bienes y servicios de países que no respeten las normas sociales, como China. El impuesto sería del 3% y Le Pen espera recaudar 15.000 millones de euros que se destinarán a aumentar los salarios bajos y las pensiones pequeñas. Los efectos perniciosos de esta medida son de efecto inmediato, según aduce el economista: “El país objetivo de este impuesto podría implementar medidas de represalia similares que podrían perjudicar las relaciones comerciales de Francia, especialmente si se trata de China”.
Por último, la segunda consecuencia se dejaría notar, al igual que la salida del euro y la devaluación posterior del nuevo franco, en el bolsillo de los consumidores, añadiendo más presión a la inflación, “reduciendo de hecho su impacto positivo esperado en el poder adquisitivo de la clase obrera y de los jubilados”, concluye el experto de Saxo Bank.