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El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha revisado dos décimas a la baja sus perspectivas de crecimiento global para este año y el siguiente, cuando espera que la economía mundial registrará una expansión anual del 3,7%, en línea con el dato de 2017, como consecuencia del deterioro de las expectativas para la zona euro y el Reino unido, así como para las economías emergentes, particularmente Latinoamérica y Turquía, mientras que la institución confía en que EEUU mantendrá "por ahora" un crecimiento "excepcionalmente robusto".

En el caso de España, tal y como el FMI anunció la semana pasada, el ritmo de expansión de la economía en 2018 será una décima inferior a lo anticipado el pasado mes de abril, situándose en el 2,7%, mientras que la institución ha mantenido sin cambios la previsión de crecimiento del 2,2% para 2019.

"Se avecinan tormentas", ha advertido el economista jefe del FMI, Maurice Obstfeld, durante la presentación de la última edición del informe 'Perspectiva Económica Mundial' (WEO por su sigla en inglés), añadiendo que el crecimiento ha demostrado ser menos equilibrado de lo esperado en abril, cuando el Fondo había pronosticado una expansión el PIB mundial del 3,9% en 2018 y 2019. "En lugar de aumentar, el crecimiento se ha estancado en el 3,7%", ha reconocido.

De hecho, Obstfeld, en su despedida como economista jefe del FMI, ha destacado que no solo se han materializado algunos riesgos a la baja identificados en el último informe WEO , sino que ha aumentado la probabilidad de sacudidas adicionales que afecten al crecimiento previsto, puesto que en varias economías clave el crecimiento "está siendo apoyado por políticas que parecen insostenibles a largo plazo", lo que incrementa la urgencia para que los líderes políticos tomen medidas.

De esta manera, las proyecciones del FMI a más largo plazo contemplan una desaceleración del crecimiento global de la economía hasta el 3,6% entre 2022 y 2023 como consecuencia en gran medida de la moderación prevista del crecimiento potencial de las economías avanzadas, que en 2018 crecerán un 2,4% y un 2,1% el próximo año, lo que representa una rebaja de una décima en ambos casos en relación con las previsiones del pasado mes de abril.

Más acusado resulta el recorte en las previsiones de crecimiento para las economías emergentes, que el FMI sitúa en el 4,7% tanto en 2018 como en 2019, lo que supone una rebaja de dos y cuatro décimas respectivamente en comparación con los pronósticos publicados la pasada primavera.

El FMI señala que los últimos datos constatan el debilitamiento del comercio, la producción manufacturera y la inversión, aunque la institución sostiene que la economía global es sólida en comparación con los primeros años de esta década, aunque da la impresión de haberse estancado.

En este sentido, el debilitamiento de las proyecciones de crecimiento refleja un incremento de la incertidumbre acerca de las políticas aplicadas en el último año, incluyendo la incertidumbre sobre el comercio a raíz de las medidas de EEUU y la respuesta de sus socios comerciales, además del riesgo que representa un potencial fracaso de las negociaciones sobre el 'Brexit' , junto al endurecimiento de las condiciones financieras para las economías emergentes ante la subida progresiva de los tipos de interés en EEUU y el final del programa de compra de activos del Banco Central Europeo (BCE).

"Con tensiones geopolíticas también relevantes en diversas regiones, consideramos que, incluso en el corto plazo, la posibilidad de sorpresas desagradables supera la probabilidad de buenas noticias imprevistas", apunta la institución.

PEORES PREVISIONES PARA ESPAÑA

El FMI, que la semana pasada anunció una rebaja de una décima de su pronóstico de crecimiento para España en 2018, hasta el 2,7%, ha empeorado sus previsiones de deuda, déficit y paro para los próximos ejercicios, subrayando la necesidad de dar un nuevo impulso a las reformas estructurales.

Según los últimos pronósticos de la institución, el PIB de España crecerá un 1,8% en 2020, en línea con su anterior pronóstico, manteniendo sus proyecciones para los siguientes ejercicios en el 1,7% en 2021 y en el 1,65% los dos años posteriores.

En cuanto a otras variables macroeconómica, la institución internacional ha empeorado su pronóstico para la evolución de la deuda pública, que alcanzará el 97,1% del PIB en 2018, cuando en abril esperaba un 96,7%) para bajar al 95,8% el próximo año y al 94,6% en 2020, frente al 93,9% estimado anteriormente.

Asimismo, el FMI prevé que la deuda pública de España represente el 93,8% del PIB en 2021, por encima del 92,8% de su anterior pronóstico, mientras que en 2022 se situará en el 93% y un año después en el 92,5%, frente al 90,9% de las previsiones de abril.

Por su parte, la revisión del cuadro macroeconómico para España también contempla una peor trayectoria del déficit, que acabará este año en el 2,7% del PIB, dos décimas por encima de lo contemplado en abril, y se situará en el 2,3% en 2019, cuando previamente se esperaba una reducción al 2%.

De este modo, las proyecciones de la institución apuntan a un desequilibrio presupuestario negativo del 2,7% en 2023, medio punto porcentual por encima del déficit del 2,2% del PIB anticipado con anterioridad.

FIN DEL ESTÍMULO FISCAL EN EEUU

En el caso de EEUU, el FMI mantiene una expectativa de crecimiento del 2,9% este año, pero ha recortado dos décimas su pronóstico para 2019, hasta el 2,5%, advirtiendo de que el impulso positivo derivado de la reciente reforma fiscal implementada pasará a tener un efecto neutro en 2019, mientras que a partir de 2020 la política fiscal será contractiva como consecuencia del agotamiento de estos estímulos.

"En 2019, se prevé que las recientes medidas comerciales lastrarán la economía, particularmente en EEUU, donde las proyecciones se han recortado en dos décimas", advierte el FMI.

Asimismo, los pronósticos del Fondo anticipan una subida gradual de los tipos de interés en EEUU. De este modo, el precio del dinero alcanzará el 2,5% a finales de 2018 y subirá al 3,5% a finales de 2019, asumiendo así ocho subidas de los tipos de interés durante el periodo analizado. 2018-19).

En cuanto a la zona euro, los nuevos pronósticos del FMI suponen un recorte de dos décimas en la previsión de crecimiento para la región en 2018, hasta el 2%, mientras que confirman una expansión del 1,9% el próximo año, después de rebajar en tres y dos décimas respectivamente las proyecciones de Alemania, hasta el 1,9% en 2018 y 2019, mientras Francia ha visto rebajada dos décimas su previsión de crecimiento para este año, hasta el 1,6%, y en una décima la del próximo año, también hasta el 1,6%.

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