- Según la agencia, el resultado de la consulta "posiblemente reducirá la capacidad de implementar reformas económicas"
- Pronostica que la capitalización seguirá bajo presión en 2017 con una perspectiva de ganancias limitada
Fitch ha rebajado este marte de estable a negativa la perspectiva para 2017 para los bancos italianos por su cartera de créditos morosos, la frágil rentabilidad del sector y la inestabilidad política en el país tras el rechazo a la reforma constitucional votado en el referéndum, que ha terminado con la dimisión del primer ministro Matteo Renzi.
Así lo asegura la agencia en un informe titulado "Perspectivas 2017: bancos italianos". En el documento, Fitch afirma que "la rentabilidad en el sector es frágil" y señala que "la cesión de carteras de préstamos morosos podría conllevar pérdidas que requieran capital adicional".
Además, sostiene que "los problemas para un pequeño número de bancos en dificultades que están ampliando su capital se han sumado a estas presiones", según recoge la agencia de noticias EFE.
DETERIORO DE LA CALIDAD DE LOS ACTIVOS
La agencia explica que el sector bancario italiano muestra "vulnerabilidad a los choques tras el deterioro de la calidad de sus activos en las carteras heredadas". Justifica que "un aumento de la presión por parte de las autoridades y de los participantes del mercado en el sector para reducir los altos niveles de préstamos deteriorados" ha incrementado "la urgencia y los riesgos para los bancos italianos".
Según Fitch, el resultado de la consulta "ha aumentado la inestabilidad política y posiblemente reducirá la capacidad de implementar reformas económicas"
A esta situación, se suma que los electores italianos hayan rechazado recientemente la reforma constitucional defendida por el Gobierno en referéndum. El resultado de la consulta, opina Fitch, "ha aumentado la inestabilidad política y posiblemente reducirá la capacidad de implementar reformas económicas".
EL RESULTADO PODRÍA AFECTAR A MONTE DEI PASCHI
Además, "podría dañar también los planes de recapitalización de algunos bancos italianos, especialmente Banca Monte dei Paschi di Siena y UniCredit, y tiene implicaciones negativas para el entero sector bancario, que ya ha disminuido su atracción para los inversores durante el 2016".
"La capacidad del sector para acceder a los mercados institucionales de financiación y capital, que se ha vuelto más difícil y costoso este año, puede deteriorarse aún más", agrega.
La agencia de calificación reconoce que "los bancos están intensificando sus esfuerzos para deshacerse de sus préstamos dudosos y han incluido objetivos de reducción en sus planes estratégicos". "Varios bancos están trabajando en la venta de carteras, algunas de ellas podrían concluir este año", reflexiona, al tiempo que sostiene que "algunos pueden usar la garantía de gobierno en sus operaciones de titularización de alto nivel".
A su juicio, el fondo de inversión para ayudar a sus bancos con dificultades Atlante invertirá probablemente en tramos "mezzanine" (préstamos en los que el acreedor se hace con una parte de la propiedad de la compañía si éstas no amortizan la deuda) de estas operaciones.
"Las cesiones significativas que mejoren materialmente la calidad de los activos podrían ser positivas para las calificaciones. Sin embargo, es probable que estas cesiones causen más déficit de capital para los bancos involucrados", dijo.
BAJO PRESIÓN EN 2017
Finalmente, la agencia pronostica que "la capitalización seguirá bajo presión en 2017 con una perspectiva de ganancias limitada a la capacidad de los bancos a construir capital" y cita "las bajas tasas de interés, el tibio crecimiento económico y una feroz competencia por los prestatarios saludables" como los mayores desafíos para la banca.
"La rentabilidad también podrá verse afectada por los costes de reestructuración en la medida en la que los bancos se centren en la reducción de los costes", concluye.