Fitch ha confirmado su nota en 'BBB' y ha revisado la perspectiva de Portugal a 'positiva' desde 'estable'. "Las consecuencias fiscales de la pandemia han sido menos severas que en la mayoría de los pares europeos, y aunque el índice de deuda es alto, se encuentra en un camino descendente firme. Una recuperación económica más fuerte de lo esperado y un grado de moderación del gasto en la respuesta del gobierno a la pandemia han llevado a mejores resultados fiscales en relación con el promedio de la eurozona", explica.
El déficit fiscal de Portugal alcanzó el 2,8% del PIB en 2021 (frente al 5,8% en 2020), "significativamente mejor que el objetivo del Gobierno del 4,3% del PIB y menor que el déficit medio de la eurozona". El déficit fiscal de Portugal también está por debajo del déficit medio actual de sus pares de la categoría 'BBB' en el 4,4% del PIB. Mientras tanto, la caída en el índice de deuda de Portugal fue la tercera más grande en la eurozona. La relación deuda/PIB cayó 7,8 pp en 2021, en comparación con una caída media de 1, destaca Fitch.
Además, la mayoría absoluta del Partido Socialista en el Parlamento tras las elecciones anticipadas de enero "crea un contexto más estable para la formulación de políticas y coloca al Gobierno del primer ministro Antonio Costa en una posición sólida para implementar su agenda fiscal y económica, cuyo objetivo es una reducción sostenida de la deuda pública".
Un historial comprobado de disciplina fiscal, bajo dos gobiernos anteriores encabezados por Costa (ambos gobiernos minoritarios), lograron superávits fiscales primarios sostenidos que respaldaron una disminución de 14,6 puntos porcentuales en la relación deuda-PIB entre 2015 y 2019. El último Programa de Estabilidad del gobierno (2022-2026) tiene como objetivo que la deuda de Portugal vuelva a caer por debajo de su índice previo a la pandemia (116,6 % en 2019) para 2023. Esto es ampliamente consistente con las propias proyecciones de Fitch, que pronostican que la deuda caerá por debajo de su índice previo a la pandemia en 2024 (al 116,4% del PIB).
"Nuestro punto de referencia es que la economía portuguesa se expanda un 4,3% en 2022 (frente al 4,9% en 2021), a pesar del impacto del aumento de los precios de la energía y el impacto en el crecimiento de la eurozona como resultado del conflicto entre Rusia y Ucrania", dicen.
"Los desafíos de una mayor inflación y cuellos de botella en la cadena de suministro nos han llevado a revisar a la baja nuestra previsión para 2022 en 1,1 puntos porcentuales desde noviembre de 2021. Esperamos cierto debilitamiento en el consumo privado y la actividad de inversión. Los precios de importación más altos afectarán los términos de intercambio, los ingresos reales y la demanda interna y externa", añaden.
Consideran que "el entorno externo incierto plantea un riesgo a la baja para Portugal para el segundo semestre de 2022, pero las perspectivas a mediano plazo para la economía siguen siendo en gran medida positivas, con la cartera de fondos EU Next Generation y el marco financiero plurianual (MFP) 2021-2027. En la evaluación de Fitch,
Bajo un escenario de un corte en el suministro de gas de Rusia a la UE (que no es el caso base de Fitch), "esperaríamos que Portugal se vea relativamente menos afectado que otros países de la UE por el impacto directo de un shock en el suministro de energía, dada su baja dependencia de la energía rusa". No obstante, destacan que "la pequeña y muy abierta economía de Portugal no es inmune a los efectos indirectos del conflicto".
En cuanto al reciente acuerdo político firmado el 27 de abril entre la Comisión Europea, Portugal y España para un precio tope en los precios mayoristas de electricidad podría contribuir a reducir los costos de electricidad, "si se implementa y cuando se implemente, las industrias y los consumidores minoristas se beneficiarán de precios de electricidad más bajos, aunque no se sabe hasta qué punto". Mientras tanto, "el riesgo de que aumenten las presiones inflacionarias internas podría provenir del endurecimiento del mercado laboral y la recuperación general del sector servicios".
"Las calificaciones de Portugal están respaldadas por sus fortalezas institucionales, indicadores de gobernanza más sólidos y un mayor nivel de ingreso per cápita que sus pares con calificación 'BBB', ancladas en la eurozona y la pertenencia a la UE", concluye Fitch.