rebond historique de la croissance en zone euro au troisieme trimestre 20220131153325

El estancamiento sigue definiendo las perspectivas económicas de la zona euro. Que por el momento se haya esquivado la recesión no significa que la región vaya a protagonizar una sólida recuperación. "Una cosa es no caer por el precipicio y otra muy distinta es protagonizar un fuerte repunte", afirman los analistas de Danske Bank, que creen que la eurozona se mueve entre luces y sombras.

Ven "probable que se evite una recesión en toda regla", después de que se superara la crisis energética y la crisis inflacionista de 2022 mejor de lo que se temía, pero consideran que "aún no se vislumbra una fuerte recuperación, ya que persisten los vientos monetarios en contra".

Aunque los indicadores adelantados sugieren que lo peor de la recesión económica ha quedado atrás por ahora y pese a las perspectivas más optimistas, "vemos pocas razones que apunten a una fuerte recuperación de la zona euro a corto plazo".

Reconocen que las políticas fiscales "han sido eficaces para evitar algunos de los peores escenarios de recesión". Sin embargo, "su viento de cola se desvanecerá cada vez más en 2023". ¿En qué se basan para creerlo así? Como explican, las cifras nacionales sugieren que la demanda interna podría estar ya en recesión y, con una inflación subyacente "pegajosa", los consumidores se enfrentan a otro año de pérdidas de ingresos reales.

También opinan que parece demasiado pronto para declarar el fin de la crisis energética, "ya que los precios siguen muy por encima de los niveles normales y persiste el riesgo de atentados contra las infraestructuras energéticas europeas". Por su parte, la economía tampoco ha notado aún todo el impacto del endurecimiento monetario del Banco Central Europeo (BCE). "La subida de los tipos hipotecarios ya ha empezado a enfriar la actividad de la construcción y del mercado inmobiliario y deja riesgos a la baja también para las inversiones empresariales.

En cuanto a la inflación, "las elevadas expectativas de precios de venta (especialmente en el caso de los servicios) sugieren que este proceso dista mucho de haber concluido", aseguran. En consecuencia, estiman un nuevo descenso de la actividad económica durante el segundo semestre de 2023, antes de que se produzca una recuperación más gradual en 2024.

Y dentro de la eurozona, la economía alemana se lleva la peor parte: "Su modelo de crecimiento sigue en fase de ajuste". "El aumento de las inversiones en infraestructuras, la digitalización y la transición ecológica ofrecen un resquicio de esperanza, pero hasta que no se resuelva realmente la crisis energética, es poco probable que Alemania vuelva a ser pronto la potencia económica de la zona euro".

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