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La Unión Europea (UE) tiene un nuevo frente abierto. Tras liberarse recientemente de la carga de los rescates a Grecia, ahora es Italia la que puede ponerle las cosas difíciles a la economía del Viejo Continente después de que el Gobierno italiano haya amenazado con vetar el presupuesto comunitario al sentirse rechazado por la UE tras no cumplir con un acuerdo alcanzado en junio para frenar la avalancha de inmigrantes. Los analistas creen que esta decisión puede debilitar al euro.

"La UE ha decidido dar la espalda a Italia una vez más" y dado que "no respeta los acuerdos y no cumple con sus obligaciones, nosotros como fuerza política ya no estamos dispuestos a darle los 20.000 millones al año que reclaman", ha asegurado a través de las redes sociales el viceprimer ministro de italiano, Luigi Di Maio. Por su parte, el primer ministro, Giuseppe Conte, avisa de que si Italia no obtiene respuesta a sus exigencias en temas de inmigración, "vetará el próximo presupuesto de la UE".

"Si Bruselas tiene un presupuesto que aprobar por unanimidad, no podrán contar con el voto de Italia", ha dicho Conte. Los analistas de Bankinter creen que la postura de Italia puede ampliar la prima de riesgo más allá de los 300 puntos básicos y debilitar el euro.

El motivo: el aumento de llegadas de inmigrantes al Mediterráneo y el acuerdo entre los Estados miembros de la UE en el que se establece posibilidad de crear centros “controlados” para separar a refugiados de inmigrantes económicos. Italia considera que no se está creando una solución a largo plazo y sostenible y que el resto de países no están cumpliendo el trato de aceptar a los inmigrantes que llegan a Italia por mar. "Los otros estados no están haciendo lo que no es conveniente para ellos", ha agregado Di Maio.

Si Europa no quiere cumplir los principios acordados, Italia está lista para recortar los fondos que otorga a la UE

De hecho, este fin de semana el ministro del Interior, Matteo Salvini, autorizó al barco de los guardacostas italianos Diciotti para que desembarcara en Sicilia después de cinco días atracado con 150 migrantes a bordo. Salvini tardó en autorizar que pisaran tierra para presionar a los países europeos y que acordaran su reubicación en otros países.

Di Maio escribía que si Europa no quiere cumplir los principios acordados en el último Consejo Europeo, Italia está lista para recortar los fondos que otorga a la UE. "Si quieren los 20.000 millones de los ciudadanos italianos tendrán que demostrar que Europa los merece y se hace cargo de un problema que ya no podemos abordar solos. Las fronteras de Italia son las fronteras de Europa". Una cifra que Bruselas no ha tardado en desmentir. Italia aporta anualmente entre 14.000 y 16.000 millones, de los que retornan al país varios miles de millones, con lo que a Italia le cuesta unos 3.000 millones ser miembro europeo, ha explicado el comisionado para el Presupuesto de la UE, Gunther Oettinger.

Pero parece que Italia no tiene las de ganar en este conflicto, o al menos que sus amenazas harán efecto. "Los políticos italianos deben poner fin al juego de las acusaciones, atacar a la UE es dispararse en el pie", ha advertido el comisario europeo de Migración, Dimitris Avramópulos. Ha añadido que la línea dura de Salvini y Di Maio no funciona en las instituciones europeas y confía en que "solo sea una reacción política espontánea".

"La Comisión Europea dice claramente no a las amenazas, no son aceptables. Todos los gobiernos están legalmente obligados a respetar los deberes que derivan de su membresía de la Unión. Obligaciones jurídicas, políticas y morales", además, "los gobiernos tienen un deber humanitario y ético que respetar: es necesario permitirles desembarcar y ofrecerles asistencia y apoyo", ha avisado Avramópulos en referencia a los inmigrantes.

ITALIA TIENE OTROS PROBLEMAS

Pese a que los mandatarios italianos quieren centrar en la inmigración el principal problema al que se enfrenta el país, lo cierto es que este asunto no es el único que debe preocupar a Italia. La agencia de calificación crediticia Moody's ha revisado a la baja sus previsiones de crecimiento para este año y el próximo ante el menor ímpetu de la economía, la tercera mayor de la zona euro. Prevé que Italia crecerá este año a un ritmo del 1,2%, tres décimas por debajo de su anterior pronóstico, mientras que en 2019 el PIB del país transalpino se expandirá un 1,1% en vez del 1,2% inicialmente proyectado.

Moody's preve que la economía italiana crecerá este año a un ritmo del 1,2%, tres décimas por debajo de su anterior pronóstico

Además, Italia se enfrenta a una potencial bajada del rating 'Baa2' de su deuda a largo plazo. Entre las razones se incluyen el riesgo significativo de debilitamiento de la posición fiscal del país ante los planes del nuevo Gobierno, que asumió el poder en junio, así como el riesgo de que algunas reformas estructurales se interrumpan o sean revertidas, según apunta Moody's.

Por su parte, los inversores internacionales han acelerado el ritmo de salida de sus carteras de la deuda italiana, que junio registró una reducción neta récord de 38.273 millones de euros, superando en un 13,5% el recorte de 33.703 millones del mes anterior. Este ajuste en la exposición de los inversores extranjeros a la deuda italiana coincide con la renovada incertidumbre política tras la formación de un Gobierno de coalición entre los partidos populistas del Movimiento 5 Estrellas (M5S) y la ultraderechista Lega.

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