El mercado de las divisas respira aliviado después de que el Gobierno de la canciller alemana, Angela Merkel, haya logrado dejar atrás el drama en el que se había visto envuelto a causa de la crisis migratoria en la Unión Europea (UE). La CDU y la CSU han logrado un acuerdo y el euro estabiliza su precio entre los 1,1650/60 dólares, tras su moderado declive del lunes.
Los expertos se muestran optimistas y afirman que la moneda comunitaria no tiene frenos a la vista para volver a recuperar posiciones por encima de los 1,17 dólares ahora que las preocupaciones más inmediatas se han disipado. Con todo, desde Barclays avisan de que “el tema de los inmigrantes y los refugiados se mantendrá como un tema de fondo que puede generar episodios de ventas en el euro”.
Desde el punto de vista del análisis técnico, tenemos al euro/dólar en zona de nadie, lejos del soporte de los 1,1507 y de la resistencia que presenta en los 1,1850. "Y en la medida en que el cruce no salte por uno u otro lado no tendremos pista alguna acerca del que puede ser el siguiente movimiento en tendencia", explica José María Rodríguez, analista técnico de Bolsamanía. "Sólo por encima de los 1,1850, en precios de cierre y con holgura, tendríamos figura de vuelta en 'doble suelo', con objetivo en los 1,2150-1,22", agrega el experto.
El dólar, por su parte, ha retrocedido marginalmente ante sus principales rivales, con el índice que mide su desempeño ante una cesta de sis monedas cayendo un 0,1% hasta los 94,91 puntos. No obstante, el ‘billete verde’ ha seguido enseñando músculo ante las divisas relacionadas con las commodities, como el dólar Australiano, en medio de una escalada de las tensiones comerciales que genera una oleada de aversión al riesgo entre las monedas de los países emergentes más expuestos al envite de la guerra arancelaria.
"Hay un fuerte elemento de 'riesgo' en torno a las preocupaciones que genera la disputa de impuestos a las exportaciones que explica el último aumento del dólar. De hecho, la moneda de EEUU ha logrado un avance sólo a medida que las divisas de los mercados emergentes y las materias primas se han desplomado debido a la huída de activos considerados menos seguros”, argumentan analistas de Mizuho Securities. "Una moneda de un país con un gran déficit en cuenta corriente generalmente no es un destino del gusto del mercado cuando se instala el sentimiento de ‘aversión al riesgo”, agregan.
EL YUAN SUFRE ANTES DE LA IMPOSICIÓN DE ARANCELES
El sufrimiento de las monedas de las potencias en desarrollo se ha dejado notar los últimos días, con el yuan chino tomando el relevo de otras divisas emergentes. El renminbi ha seguido experimentando una elevada dosis de volatilidad en la antesala del 6 de julio, cuando los aranceles de Estados Unidos sobre las exportaciones chinas entrarán en vigor.
La pasada madrugada ha prolongado su declive hasta los 6,7167 por dólar, en medio de una intensa presión bajista que mantiene a la divisa presa de las ventas en niveles no vistos desde agosto de 2017. “Los temores de la guerra comercial está provocando un abandono de los activos de mayor riesgo, lo que agrava el problema para China como mercado emergente”, explica Jasper Lawler, analista de London Capital Group. “La imposición de impuestos se produce justo cuando la economía china está despegando; todo lo contrario a los EEUU, donde la economía parece ir a todo gas”, agrega.
El renminbi ha logrado cerrar en 6,68 yuanes por cada ‘billete verde’ apuntalado gracias al esfuerzo de los bancos del país por contener el declive de la moneda. No obstante, hasta el mínimo de este martes, la moneda se ha depreciado un 4,5% en poco más de dos semanas y ha alcanzado el precio objetivo de los analistas de Danske Bank mucho antes de lo previsto.