- Se cumplirá el objetivo de déficit a través de las dos únicas vías posibles: aumento de impuesto o reducción de gasto
- España necesita reducir su déficit en 2,2 puntos, desde el 5,1% de 2015 hasta el 2,9% comprometido con Europa
España vuelve a encontrarse, una vez más, en una encrucijada fiscal. Los ministros de Economía y Finanzas de la Unión Europea (reunión del Ecofin) activaron el pasado martes por unanimidad el proceso para sancionar al país por incumplir los objetivos de déficit impuestos desde Bruselas. La multa podría alcanzar una cuantía del 0,2% del PIB de España, lo que supondría un desembolso de más de 2.000 millones de euros para las arcas del Estado.
"La respuesta de España para cumplir con la recomendación de 2013 (objetivos de déficit) ha sido insuficiente. España no alcanzó la meta establecida en 2015, y no se prevé que consiga hacerlo en 2016. El esfuerzo fiscal ha caído significativamente por debajo de lo recomendado por el Consejo (Ecofin), e incluso se ha relajado la postura fiscal en 2015". Este era el duro mensaje del comunicado del Ecofin.
AJUSTES OBLIGADOS BAJO MULTA
De guindos dice que España cumplirá con el objetivo de déficit tan solo con el crecimiento económico
Esta sanción podría ser evitada no obstante si el Gobierno en funciones de la nación aporta una senda radical de ajustes (o recortes, como prefiera) en la economía española destinados a reducir el déficit español. De Guindos es optimista al respecto y cree que gracias a la recuperación española, el país estará por debajo del 3% y cumpliendo incluso con el objetivo del 2,9% para 2016 fijado por Bruselas.
Sin embargo, desde Europa se duda que la recuperación económica por sí misma sea capaz de reducir el déficit desde el 5,1% en el que cerró en 2015 hasta ese 2,9%, por lo que piden a España la realización de un nuevo programa de ajustes creíble, a ejecutar por el Gobierno saliente tras los pactos.
Por lo tanto, previsiblemente los próximos Presupuestos Generales del Estado (PGE) deban incluir otra nueva batería de recortes en el gasto, o bien previsiones de aumento de ingresos, si se pretende acatar las órdenes europeas. Estos nuevos PGE para 2017 se esperan por tanto que sean los más complicados de aprobar en mucho tiempo, ya que ningún partido estará dispuesto a priori a plasmar sus siglas en unas cuentas que se antojan harto impopulares.
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¿AUMENTO DE INGRESOS…
La modificación del Impuesto de Sociedades para 2017, primera medida de aumento de la recaudación tras el 26J
La primera de las maneras para conseguir ese dinero extra que exige Bruselas es mediante subidas de impuestos. El primero de los pasos en este sentido ya lo ha dado el Gobierno en funciones de Mariano Rajoy, que anunció el pasado martes a través de su ministro de Economía, Luis de Guindos, que una de las principales medidas para reducir el déficit sería “una modificación de los pagos a cuenta del Impuesto sobre Sociedades, estableciendo un tipo mínimo a partir de un cierto umbral", lo que permitiría al país obtener 6.000 millones de euros extra en 2017 de los más de 8.000 millones de euros pedidos desde Europa para asegurar una corrección duradera del déficit excesivo.
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Otros impuestos que podrían ser modificados para poder rebajar el déficit serían el IRPF, el IVA, el de Patrimonio o el de sucesiones. Subir el IRPF chocaría frontalmente con lo prometido por el Partido Popular en su programa electoral para las elecciones del 26 de junio, en el cual aseguraban que se bajaría durante la legislatura dos puntos el IRPF a todo el mundo: el mínimo del 19% al 17%, y el máximo del 45% al 43%. El IVA tendría todas las papeletas para ser uno de los impuestos a tocar, ya que los tipos siguen por debajo de la media europea, pero esta medida será complicada de aprobar en un más que previsible Gobierno en minoría
… O RECORTE DE GASTOS?
Rajoy ha prometido que no hará ningún tipo de recorte y se la juega todo a una carta: la recuperación económica
La otra vía de ajuste que llevaría a cumplir con Bruselas residiría en una reducción del gasto público que sería plasmada en los presupuestos para 2017. El próximo Gobierno tendrá que tomar la seria determinación de decidir qué partidas se tendrán que reducirse, más teniendo en cuenta que algunos gastos como educación, sanidad y protección social ya se han venido recortando en 1,2 puntos porcentuales del PIB (12.000 millones de euros) entre 2009 y 2015.
Rajoy ha prometido por activa y por pasiva que no hará ningún tipo de recorte y se la juega todo a un único movimiento: la recuperación económica. "Si hay empleo podemos pagar todo", ha asegurado el presidente en funciones en multitud de ocasiones, pero la realidad es bien distinta y Europa aprieta por medidas, por gestos. El próximo presidente del Gobierno, sea Rajoy o sea cualquier otro, tiene por delante un duro trago y uno de los retos económicos más complejos de la historia del país.
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