Los mercados tendrán que afrontar la derrota de la primera ministra británica, Theresa May, en el Parlamento británico. En las últimas jornadas ha tomado fuerza la idea de que la Cámara de los Comunes y el Gobierno optarán por tirar el balón hacia adelante y pedirán una prórroga del Artículo 50 del Tratado de la Unión Europea por unos cuatro meses, lo que aplaza al verano todos los trámites de desconexión entre Londres y Bruselas.
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Cinco escenarios en el Brexit ante la votación crucial del Parlamento británicoLa Unión Europea (UE) ya se prepara para este escenario en el que la entrada en vigor del Brexit se trasladará a julio en lugar de la fecha del 29 de marzo, que es la que corresponde a los dos años desde la activación del mencionado artículo del reglamento comunitario. Pero los analistas de Goldman Sachs indican que, aunque las instituciones comunitarias se preparan para esta eventualidad, "esperarán a una solicitud formal del Gobierno de May".
Es el escenario que cobra fuerza en los mercados y que ha bombeado un rally en la libra hasta máximos de siete semanas. "Ya sea porque el Parlamento pide tiempo para dar los pasos legislativos necesarios para impulsar un segundo referéndum o para renegociar el acuerdo pactado con May, las instituciones europeas son proclives a darse un margen de tiempo para desplegar nuevas conversaciones", explican los expertos de la entidad de EEUU.
Pero hasta que se materialice la petición, entraremos en una fase de incertidumbre 'in crescendo', ya que el Parlamento rechazará el acuerdo de May pero "no será capaz de presentar alternativa", apuntan los analistas de Berenberg. "Este desasosiego se mantendrá tanto tiempo como tarde el Parlamento e presentan un escenario alternativo, pero si Westminster fracasa, el resultado puede ser un Brexit caótico", agregan e insisten en que "este es el riesgo a vigilar".
QUÉ ESPERAR DE LA VOTACIÓN
La programación de la Cámara de los Comunes de este martes fija el inicio de la votación a las las 20:00 horas (hora española) y consiste en un voto simple de de los diputados a favor o en contra de la versión actual del texto. May necesita una mayoría simple de 320 parlamentarios para asegurar que su pacto pase el corte. El resultado se anunciará hacia las 21:00 horas (hora española) y es probable que tras el resultado de la votación, la 'premier' comparezca públicamente.
Los analistas de Goldman Sachs creen que hasta 100 de los 317 diputados del Partido Conservador, así como los 10 diputados del DUP, en coalición con los 'tories' tienen la intención de votar contra el acuerdo de mañana. "Alrededor de un tercio de ese centenar de disidentes conservadores prefieren que no haya Brexit, aunque quizás alrededor de dos tercios se decantan por un Brexit sin acuerdo. Suponiendo que alrededor de 240 de los 257 diputados del Partido Laborista, así como todos los diputados de todos los demás partidos, también voten en contra del gobierno, "esperamos que el acuerdo actual reúna el apoyo de solo unos 225-250 diputados, en esta etapa", comentan estos expertos.
Si efectivamente el acuerdo fracasa, creemos que la 'premier' tratará de de presentan su acuerdo modificado en una segunda votación. Este proceso debe dilatarse, a lo sumo, tras días por lo que la fecha límite es el 21 de enero. Los economistas del banco con sede en Nueva York no descartan un tercer intento e incluso un cuarto y aconsejan revisar el calendario que se dé la Cámara Baja británica ya que será "determinante para dilucidar cuándo se superará el actual callejón sin salida en el Parlamento".
EL DURO CAMINO DE MAY
La expectación es máxima este martes, que marca un importantísimo hito en el camino del Brexit. Cuando los británicos se pronunciaron por una estrecha mayoría a favor de la salida de la UE en junio de 2016, pocos vaticinaron que, a algo más de dos meses de la fecha del Brexit --29 de marzo de 2019--, el país viviría un escenario tan convulso, sin un mínimo consenso que permita concretar un acuerdo para consumar un divorcio con garantías.
El golpe definitivo a la estabilidad política británica llegó en noviembre, cuando el Gobierno de May y la Unión Europea anunciaron un Tratado de Retirada que no suscitó siquiera unanimidad en el seno del gabinete. Una cascada de dimisiones puso en duda la supervivencia de un acuerdo que, como se ha esforzado por alegar la 'premier', es "el único posible".
La evidente falta de acuerdo forzó a May a cancelar a última hora la votación prevista sobre el acuerdo a mediados de diciembre, en busca de nuevas "garantías" para calmar las dudas del sector crítico, especialmente en lo que se refiere a la aplicación y duración de la salvaguarda negociada para la frontera irlandesa, teóricamente un plan de último recurso.
Un mes más tarde, y después de que los líderes europeos hayan dejado claro que no cabe renegociación alguna del tratado, las garantías a las que aspiraba May han quedado reducidas a unas pocas "aclaraciones" plasmadas este lunes por escrito por parte de los presidentes del Consejo europeo, Donald Tusk, y de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker.
Tusk y Juncker han insistido en que la UE no desea activar el plan de emergencia y han afirmado que, de aplicarlo tras la fase de transición --concluye en principio a finales de 2020--, solo se hará de manera "temporal". Londres aspiraba a obtener un compromiso concreta de fecha, pero desde Bruselas se han negado a este extremo.
May, por su parte, también ha considerado "infundados" los temores sobre la voluntad de ambas partes. Así, ha sostenido en una carta que ningún Gobierno británico pondrá en riesgo los acuerdos de paz de Irlanda del Norte permitiendo una 'frontera dura' y que la UE tiene el "compromiso" de comenzar a negociar tan pronto como el Parlamento británico dé su visto bueno al acuerdo.
SIN GARANTÍAS
Pero es precisamente ese trámite, el de la aprobación parlamentaria, el que más riesgos conlleva. Los diputados se pronunciarán este martes al término de un debate de cinco días que no ha variado un ápice las posiciones de los distintos bandos, de tal forma que May sigue sin convencer a quienes le recriminan haber negociado un mal acuerdo.
Lo único confirmado por ahora en caso de que venza el 'no' es que el Gobierno deberá presentar ante el Parlamento un 'plan B' en el plazo de tres días, después de que diputados de distintos partidos se aliasen la semana pasada para sacar adelante una enmienda con la que acortar los plazos --el calendario inicial contemplaba hasta 21 días--.