Ha sido una prueba de fuego para los mercados, y se puede decir que no la han superado. España ha vivido una semana horribilis tras las elecciones del 10 de noviembre, no solo por los resultados que arrojaron las urnas -que constataron más dificultades para formar Gobierno-, sino por la sorpresa que dieron PSOE y Unidas Podemos con su rápido acuerdo, que no ha hecho más que añadir incertidumbre a unos inversores ya de por sí nerviosos. El problema es que los expertos auguran que las dudas persistirán.
Se puede decir que una de las grandes damnificadas ha sido la bolsa. El lunes, el día después de las elecciones, el Ibex 35 recibió con bastante calma lo ocurrido en las urnas y logró aguantar (cerrando con leves pérdidas). Pero el martes, el acuerdo que sellaron Pedro Sánchez y Pablo Iglesias por sorpresa le dio la puntilla, y ya no consiguió remontar en toda la semana. Únicamente acabó en positivo el viernes, pero el saldo semanal es cuanto menos decepcionante: se ha dejado un 1,4%.
Y la prima de riesgo también ha sufrido en sus carnes la incertidumbre que han provocado las elecciones en España. En solo una semana ha subido un 19%, al pasar de los 64,8 puntos básicos con los que cerró el viernes 8 de noviembre, antes de los comicios, a los 77,1 en los que se situaba este viernes. En los últimos días el riesgo país se ha disparado hasta tal punto que ha llegado a tocar incluso los 80,5 puntos, máximos de la semana.
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"La entrada de Podemos no es una buena noticia para el ahorro y la inversión"A todo ello hay que sumarle el mal desempeño de la banca, que ha demostrado ser uno de los sectores más expuestos a la incertidumbre política y al posible Gobierno de coalición progresista que van a intentar formar PSOE y Podemos, aunque a priori parece complicado que puedan sumar los números necesarios para ello. Muchos expertos, tanto nacionales como internacionales, han avisado de que la peor noticia para la economía española sería la entrada de la formación morada en el Ejecutivo, y los bancos son los que más han sufrido ante esta posibilidad. De hecho, en la última semana las entidades que cotizan en el Ibex se han dejado un 5% de media, con Bankia como la peor, con pérdidas del 6%.
El fantasma de la renacionalización ha vuelto a sobrevolar sobre la entidad que preside José Ignacio Gorigolzarri, que no ha digerido nada bien la posible llegada de Pablo Iglesias y los suyos al Consejo de Ministros. Como tampoco el resto de sus colegas de sector, que temen que se puedan materializar algunas de las propuestas de los morados, como que la banca devuelva todo el dinero del rescate o que se imponga un impuesto al sector. De hecho, parece que la idea de Sánchez, aunque no está del todo perfilado, sería la de plantear que la banca pague como mínimo un 20% de Sociedades y, a cambio, no se gravarían los depósitos porque esa sería la excusa perfecta ara que el sector empiece a cobrar por ellos a los clientes.
MÁS NERVIOSISMO
Todo esto no es más que un ejemplo de la alarma que ha saltado en la economía, entre los inversores y, en general, en el mundo del dinero ante lo ocurrido. Porque Sánchez, lejos de afianzar su posición en el Congreso, ha perdido peso y la nueva configuración de escaños complica aún más la situación. Eso, sumado a su pacto con Podemos, ha hecho temblar al mundo de las finanzas, y ni siquiera la noticia de que el líder socialista pretende fortalecer a Nadia Calviño dándole una vicepresidencia parece calmar al mercado. Ni siquiera a los inversores internacionales, ya que en la City esto no se ve ni mucho menos como algo tranquilizador, sino que pesa mucho más la foto del abrazo entre Sánchez e Iglesias, que algunos ya han tildado de "imagen nefasta de España".
Son muchos los gestores que auguran que la inversión en nuestro país se va a ralentizar de inmediato si triunfa el Gobierno de izquierdas. "La entrada de la extrema izquierda en el Gobierno no es una buena noticia para el ahorro, para el sector de la inversión y para las empresas", destacaban hace unos días los expertos de Link. Y eso que todavía no se conoce la decisión de algunas agencias de calificación sobre el rating de España.
Moody's será la primera en examinar la nota del país tras las elecciones, y los rumores apuntan a que podría situarla en perspectiva negativa (estaba en 'estable' desde abril de 2018) por la incertidumbre que se cierne sobre la economía, que ya está desacelerándose y se espera que solo crezca un 0,2% en el cuarto trimestre ante la falta de Gobierno. Cabe recordar que el pasado mes de septiembre la agencia S&P mejoró la nota de España a 'A' desde 'A-', asignado una perspectiva estable a la calificación. No obstante, la agencia Fitch aún tiene pendiente evaluar de nuevo la nota de solvencia española el próximo 13 de diciembre.