España presenta una de las mayores dependencias de importaciones energéticas de fuera de la Unión Europea (UE). Sin embargo, España se caracteriza también por una mayor diversificación de estas importaciones, según se refleja en el último boletín económico del Banco de España.
El organismo señala en el documento que la dependencia de terceros países respecto a las importaciones energéticas puede constituir, en principio, una fuente de vulnerabilidad para la UE y para España.
"A grandes rasgos, España presenta vulnerabilidades en las mismas categorías de productos energéticos que el conjunto de la UE. Al mismo tiempo, hay cierta heterogeneidad entre las dependencias externas de España y las de los otros tres principales países miembros de la UE en cuanto al tamaño, principales proveedores y vulnerabilidad de las exposiciones", incluye el texto.
El Banco de España añade, además, que los productos con concentraciones altas o vulnerables a factores geopolíticos tienen un peso relativamente más reducido en las importaciones de España, debido en gran medida a su menor dependencia del gas natural gaseoso procedente de Rusia.
En el conjunto de la UE, las importaciones de productos energéticos procedentes de terceros países se concentraban en 2019 principalmente en el petróleo crudo (58% del valor de las importaciones extra-UE de productos energéticos), los derivados del petróleo (23%) y el gas natural, tanto en estado gaseoso (9%) como licuado (4%). En comparación, las importaciones energéticas de España presentaban una mayor proporción de petróleo crudo (68%) y gas natural en estado licuado (11%), mientras que los derivados del petróleo representan el 11% de las importaciones de productos energéticos provenientes de fuera de la UE.
Por su parte, en cuanto a las importaciones de productos energéticos, señala que, en el caso de España, estaban más concentradas en proveedores africanos y menos en Rusia, en comparación con el conjunto de la UE.
En particular, los tres mayores países exportadores de energía a España eran Nigeria, Libia y Argelia, responsables, conjuntamente, del 34% de las compras españolas de energía en 2019. Por el contrario, en 2019, Rusia era el séptimo proveedor de productos energéticos para España, con una cuota que rozaba el 7%, frente al 33% en el caso de la UE.
"En línea con la evolución en el conjunto de la UE, España ha aumentado de forma significativa las compras de productos energéticos provenientes de Estados Unidos en las últimas décadas".