El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, ha criticado este sábado a quienes "juegan" con la economía en referencia a las dos principales agencias internacionales, Moody's y Standard & Poor's, que rebajaron el viernes a la categoría de "bono basura" la calificación de la moneda turca, la lira. Erdogan ha advertido de que se enfrentará a estas organizaciones.
"Hay gente que intenta amenazarnos mediante la economía, mediante los tipos de interés, el tipo de cambio, la inversión y la inflación", ha afirmado Erdogan durante el congreso de su partido, el Partido Justicia y Desarrollo (AKP). "Nuestra respuesta es que nos hemos percatado de vuestros juegos y nos enfrentaremos a vosotros", ha añadido.
"No nos hemos rendido ni nos rendiremos a quienes actúan como un socio estratégico pero nos han convertido en un objetivo estratégico", ha apostillado el mandatario turco en una clara referencia a Washington.
Moody's y Standard & Poor's han rebajado la calificación debido a la volatilidad de la lira y una previsible recesión en 2019, explica la segunda agencia en una publicación difundida a última hora del viernes en la que se rebaja un escalón, de BB- a B+, la calificación de la moneda turca, que ha perdido un 40 por ciento de su valor frente al dólar en lo que va de año.
Según sus previsiones, la inflación escalará hasta el 22 por ciento en los próximos cuatro meses y Turquía entrará en recesión el año que viene. En parte, S&P ha culpado al Gobierno de Erdogan de la situación económica del país porque, a pesar de que los riesgos son altos, "la política monetaria y fiscal con la que han respondido las autoridades turcas ha sido limitada".
Moody's, por su parte, ha rebajado el 'rating' turco de Ba2 a Ba3 con perspectiva negativa porque prevé que "las ajustadas condiciones financieras" combinadas con "la falta de un plan claro y creíble para abordar" la crisis actual "podrían alimentar la inflación y socavar el crecimiento".
La lira turca se ha desplomado por las sanciones dictadas por Estados Unidos para conseguir la liberación del pastor norteamericano Andrew Brunson, acusado de cargos de terrorismo y espionaje por sus supuestos vínculos con Abdulá Gulen. El pastor, que ha vivido durante más de dos décadas en Turquía, lleva dos años detenido y podría ser condenado a hasta 35 años de cárcel. Este viernes ha visto denegada su tercera apelación para salir del arresto domiciliario en el que se encuentra.
El pasado 1 de agosto, Estados Unidos dictó sanciones contra Turquía después de que un tribunal de Estambul rechazara un recurso del pastor norteamericano para ser excarcelado. A raíz de las primeras medidas punitivas, Washington y Ankara han emitido otras muchas provocando una auténtica guerra económica que ha provocado el desplome de la lira turca.
El secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, advirtió el jueves de que Estados Unidos está dispuesto a aumentar las sanciones, mientras que el ministro de Finanzas turco, Berat Albayrak, aseguró en un encuentro con inversores internacionales que el país es capaz de resistir y resurgir con más fuerza de esta crisis.