- En tan sólo dos semanas, Pekín ha inundado el mercado doméstico con 113.000 millones de dólares
- Las reservas de bonos del Tesoro estadounidenses de China caen a mínimos de seis años
El Banco Popular de China ha vuelto a rebajar el cambio del yuan contra el dólar hasta su nivel mínimo desde mayo de 2008, en los 6,9508 yuanes por cada dólar -sólo permite a la moneda fluctuar un 2% arriba o abajo de este nivel. La divisa china continúa su declive contra el dólar y acumula ya pérdidas de un 6,7% en lo que va de año, a pesar de las intervenciones de su banco central que ha inyectado en el país 113.000 millones de dólares sólo en las dos últimas semanas, a través de diversas operaciones de mercado.
El renminbi -el dinero del pueblo-, como también se conoce al yuan es una de las divisas emergentes que más ha sufrido por el reinado absoluto del dólar, que ha reforzado su presión tras conocerse las proyecciones de la Reserva Federal de EEUU (Fed) de hasta tres subidas de tipos en 2017. La exuberancia del ‘billete verde’ ha provocado abundantes fugas de capitales del país, a pesar de los esfuerzos de sus autoridades para sujetar los fondos en la China continental mediante severos controles y regulaciones.
La reciente actividad del regulador ha dejado las reservas de bonos del Tesoro estadounidenses de China en su mínimo de seis años, alcanzando los 1,12 billones de dólares. Así, el Banco Popular de China ha quemado su despensa de divisas para apuntalar al yuan que ha cedido un 4% en los dos últimos meses. En lo que llevamos de año, ha gastado 279.000 millones de dólares para mitigar el impacto en el renminbi. Los últimos datos del mes de noviembre de las reservas de moneda extranjera del gigante asiático mostraron su nivel más bajo desde marzo de 2011, en 3,052 billones de dólares y los datos apuntan a una gran mordida en diciembre.
SUFRIMIENTO DE LOS EMERGENTES
El caso de China no es aislado. La fortaleza del dólar llega acompañada de fuertes dolores de cabeza en los principales bancos centrales de los países emergentes, como un encarecimiento de la deuda, la rápida depreciación de sus monedas y una mayor inflación. En otros lugares del mundo, el peso mexicano ya se deja un 10% y los principales bancos de inversión fijan su cambio entre 2017 y 2018 en los 23 pesos por cada dólar.
Después de la decisión de la Fed, las pérdidas en las monedas de Latinoamérica y Asia se dejaban notar en divisas como el dólar de Singapur, que caía casi a mínimos de 2009. La rupia india, el real brasileño o el peso mexicano se dejaban también un 1%.
Y es que tal y como ha señalado Société Générale en una nota a clientes, el ‘tantrum’ -traslación del famoso taper tantrum de la Fed- de las divisas de los mercados emergentes no ha hecho más que empezar. Creen estos expertos que “las tres subidas de tipos proyectadas por la Fed en 2017 combinadas con otros factores como la buena salud de la economía de EEUU, la fortaleza del dólar” añadirán más presión a las divisas de estos países.