- La tendencia demográfica actual implica un envejecimiento paulatino de la pirámide poblacional
- El número de personas con más de 100 años pasará de los 16.460 actuales a los 222.104 de 2066
El Estado del Bienestar es uno de los pilares de las economías occidentales, y también es uno de los mayores desafíos a los que se enfrenta la economía española en el futuro. Una cuestión estructural cuya importancia se agudiza con la previsión publicada hoy por el Instituto Nacional de Estadística (INE). La tasa de dependencia de la población, que recoge al porcentaje de personas que tienen menos de 16 años o más de 64 respecto a los que están en edad de trabajar, se sitúa actualmente en el 53,5%. Un ratio que se incrementará hasta el 62,2% en 2031, alcanzando el 87,7% en 2066.
Todo esto ocurrirá mientras que hay un decrecimiento a largo plazo en la población española. Al menos esta es la proyección del INE, a partir de una simulación para los próximos 50 años con "las tendencias y los comportamientos demográficos actualmente observados", explica en un comunicado. Las tendencias demográficas actuales que manejan en la oficina estadística española incluyen un leve aumento en 2016, para iniciar a partir de 2017 un descenso "ininterrumpido" en todo el periodo que abarca la proyección. Es decir, durante los próximos 50 años.
Siempre según estas previsiones, la población se reducirá durante los próximos 15 años en 552.245 habitantes. Medio millón menos de personas vivirá en España, lo que supone un descenso del 1,2% que situaría la población en 45,9 millones de personas en 2031. Extendiendo el plazo más allá, en 2066 el número de personas residentes se reducirá en 41,1 millones en 2066. En caso de que no haya una ruptura radical con las tendencias, la disminución alcanzará los 5,3 millones de habitantes, un 6,6% menos frente a los datos actuales.
"La reducción de la población residente se debería, principalmente, al progresivo aumento de las defunciones y a la disminución de los nacimientos, fenómeno que sería especialmente acusado a partir del año 2040", explica el INE en su publicación, que se produce cada dos años. Así, se produciría "un saldo vegetativo negativo en todos los años de la proyección, lo que supondría una disminución total de casi ocho millones y medio de personas en los 50 años proyectados". Un resultado que no se vería compensado como en las dos últimas décadas con el saldo migratorio, "que sería positivo en el mismo periodo con algo más de tres millones de migraciones netas con el exterior".
CAMBIO EN LA ESTRUCTURA: ENVEJECIMIENTO...
La dinámica demográfica de España no sólo se traduce en una población que se irá reduciendo paulatinamente, sino que la pirámide poblacional cambiará drásticamente para ir estrechándose. Los números que barajan los estadísticos del INE ponen así el acento en los problemas que pueden surgir para la salud de la economía española y en especial para la sostenibilidad del Estado del Bienestar en todas sus vertientes.
De mantenerse las tendencias actuales, la tasa de dependencia se elevaría desde el 53,3% actual hasta el 62,2% en 2031, alcanzando el 87,7% en 2066
"De mantenerse las tendencias actuales, la tasa de dependencia se elevaría desde el 53,3% actual hasta el 62,2% en 2031, alcanzando el 87,7% en 2066", resume el documento. Este ratio se calcula como el cociente entre la población menor de 16 años o mayor de 64 años y la población que está entre los 16 y los 64 años. Es decir, partiendo del supuesto de que la edad legal para empezar a trabajar en los 16 años y sin contar con el retraso del momento de jubilación hasta los 67 años, refleja el porcentaje de personas que dependen de las que están en edad de trabajar en la población de un país.
Durante el próximo medio siglo, la tasa de dependencia irá elevándose hasta el 55,5% de 2021; el 57,7% en 2026; el 62,2% en 2031; el 78,9% en 2041; y alcanzará un máximo del 92,9% en 2051. Lo curioso es que a partir de ese momento prevé un descenso hasta el 89,9% de 2061 y el 87,7% de 2066.
Este punto de inflexión se producirá, según esta simulación a futuro, por el cambio en la evolución del peso de los mayores de 64 años. Es decir, las personas en edad de estar jubiladas (sin contar el reciente retraso de la edad de jubilación hasta los 67 años y posibles futuros cambios), y como denominador la población que puede trabajar por edad. Este año, el porcentaje de personas que sobrepasan este umbral es del 28,8%, frente al 26,1% de hace cuatro años. Una tasa que aumentará hasta el 68,2% en 2051, poniendo muy difícil que cuadren los números y se mantenga la solidaridad intergeneracional del actual sistema público de pensiones. Entre medias, las previsiones sitúan el peso de los mayores de 64 años entre la población total en el 31,6% en 2021; 35,8% en 2026; 41,4% en 2031; y 56,7% en 2041.
Pero a partir del 68,2% de 2051, este porcentaje iniciará una senda a la baja hasta el 66,5% en 2061 y el 64,9% en 2066. Un descenso que no impediría un fuerte envejecimiento de la población frente a los niveles actuales, y que se pone de manifiesto con el dato de que ahora hay 16.460 personas en España con 100 o más años de edad. Una cifra que en 50 años se multiplicará por 13,5 veces hasta los 222.104 personas.
Como reflejo de este escenario, la denominada hucha de las pensiones, es decir, el fondo creado para reforzar el sistema público, sigue vaciándose. La necesidad de afrontar cada mes una nómina mayor en pensiones provoca que esa hucha, que en 2011 se acercó a los 67.000 millones de euros, haya adelgazado hasta los 24.000 millones. A este ritmo, el fondo se acabará entre finales de 2017 y 2018. Todo, por tanto, apunta en la misma dirección: las pensiones públicas parecen condenadas a severos recortes en el futuro en lo que respecta a la tasa de beneficio y la tasa de reemplazo.
La buena noticia es que la esperanza de vida al nacer continuará con su crecimiento, desde los 79,94 años en 2015 para los hombres y 85,41 años para las mujeres, hasta los 88,6 años y 91,64 años respectivamente en 2065.
... Y MENOS JÓVENES
La tasa de dependencia aumentará por los más longevos, mientras que el peso de los más jóvenes respecto a la población en edad de trabajar se mantendrá prácticamente constante. El 24,7% actual se eleva en seis décimas respecto al ratio de 2012, y caerá hasta el 23,9% en 2021. En este caso no hay una tendencia clara, ya que este porcentaje se situará en el 21,9% en 2026; el 20,8% en 2031; el 22,2% en 2041; el 24,7% en 2051; el 23,4% en 2061; y el 22,8% en 2066.
Esta evolución vendrá acompañada de una progresiva disminución de los nacimientos, desde los 417.265 de 2015 hasta los 294.003 de 2016. En este caso sí que hay una tendencia clara a la baja. A la par, aumentará el número de hogares unipersonales. Un 20% más en los próximos 15 años hasta superar los 5,5 millones en 2031.
La simulación del INE muestra que aumentará el colectivo con edad superior a los 64 años, se mantendrá en niveles similares a los actuales el de los menores de 16 años, y se reducirá el del medio. Es decir, la población en edad de trabajar. "De mantenerse la situación demográfica de la actualidad, la pérdida de población se concentraría en el tramo de edad entre 30 y 49 años, que se reduciría en 4,2 millones de personas en los 15 próximos años (un 28,5% menos) y en 6,0 millones hasta 2066 (un 40,1% menos)", arguyen los autores del estudio.
EL CRECIMIENTO MIGRATORIO NO SERÁ SUFICIENTE
Las dinámicas descritas hasta ahora serán aliviadas por los flujos migratorios, que no serán suficientes, según las estimaciones del INE a partir de los últimos datos proporcionados por la Estadística de Migraciones, con una cifra provisional para 2015 que eleva el salado hasta 343.614 inmigrantes este año. Una previsión que si se cumple implica que "España pasará a registrar un saldo migratorio positivo con el extranjero, después de seis años con saldo negativo".
La proyección que elaboran en la oficina estadística española para 2016-2065 se realiza bajo las hipótesis de un flujo inmigratorio constante y una propensión de la población a emigrar al extranjero también constante. "Si así fuera, España ganaría casi 115.000 habitantes "hasta el año 2020 en sus intercambios de población con el extranjero. Esta tendencia se reforzaría en años sucesivos, obteniéndose así una ganancia neta de población debida a migraciones de casi 3,1 millones de personas en los 50 próximos años".
DESPOBLACIÓN EN ALGUNAS REGIONES
Con la hipótesis de que se mantengan las actuales tendencias demográficas, "la pérdida de población se extendería a la mayoría de comunidades autónomas en los 15 próximos años". Los mayores descensos relativos se registrarían en Principado de Asturias (-11,1%), Castilla y León (-10,7%) y Galicia (-8,5%). Por el contrario, aumentará en la Región de Murcia, Comunidad de Madrid, Canarias, Baleares, Cataluña y en las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla.