La falsificación se ha extendido a todos los sectores de la industria. Desde la crisis del 2008 el negocio se ha disparado. Los productos falsos representan una economía sumergida que se estima que alcanzará los 1,77 billones de dólares en 2015; lo que supondría un incremento de más del 280% respecto al 2008.
Estas han sido las principales conclusiones del estudio “Falsificaciones: nuevos riesgos en la cadena de valor a nivel global”, elaborado por Grupo Zurich y presentado este martes en una rueda de prensa, de la mano de la compañía SICPA, empresa tecnológica especializada en protección de marca.
El aumento se debe al auge de la economía globalizada, la digitalización o la inversión que las bandas criminales promueven para mejorar sus organizaciones y procesos de producción
El informe de Zurich, presentado por Robert Gremli, director de Ingeniería de Riesgos del Grupo, también apunta a los principales motivos del crecimiento de este mercado desde el 2008 y que principalmente se debe a la crisis financiera, pero también al auge de la economía globalizada, la digitalización e incluso la inversión que las bandas criminales promueven para mejorar sus organizaciones y procesos de producción. De hecho, la rentabilidad de la falsificación es comparable a la del tráfico de estupefacientes.
Este tipo de productos puede afectar a la salud y seguridad de los consumidores, a la economía y al medio ambiente, e incluso suponen un riesgo y amenaza para la reputación y viabilidad de las compañías.
Por parte de SICPA España, su Director General, Martín Sarobe, destaca la importancia de concienciar al consumidor sobre el impacto que pueden tener los productos falsificados, y apuntaba la tendencia en aumento de que este tipo de productos se produzcan en Europa, evitando así el control en las fronteras.
LAS CLAVES PARA QUE LAS COMPAÑÍAS SE PROTEJAN
Para responder de una manera efectiva a la amenaza que suponen los productos falsos, los gobiernos, reguladores y el sector privado deben trabajar en colaboración para identificar dónde se produce la brecha.
En el informe elaborado por Grupo Zurich se identifican algunas medidas clave que se deberían llevar a cabo por parte de:
Organismos reguladores y gobiernos
Introducir regulaciones consistentes contra la falsificación y medidas de ejecución
Colaborar con los diferentes grupos de interés
Aumentar la concienciación del público ante el riesgo de las falsificaciones
Empresas
Establecer estrategias contra la falsificación
Controlar la cadena de suministro de principio a fin
Colaborar con empresas de la industria y autoridades del sector
Consumidores
Evitar comprar productos falsificados
Prestar especial atención a la compra online
Tener en cuenta que si el precio parece demasiado bueno para ser verdad, probablemente sea una falsificación
Además, desde un punto de vista del sector asegurador, las compañías deberían revisar las coberturas de sus respectivas aseguradoras para conocer las situaciones ante las que están protegidas.
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