El terremoto provocado en los mercados por la crisis turca sigue dejando notar sus réplicas, mientras se mantiene la tensión entre EEUU y Turquía. El conflicto diplomático surgido del encarcelamiento de un pastor estadounidense por el Gobierno de Ankara ha derivado en una pugna comercial de la que el país otomano está saliendo muy mal parado, arrastrando consigo los parqués mundiales por temor a un efecto contagio. El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha pedido al Ejecutivo de Recep Tayyip Erdogan que promueva medidas que garanticen la estabilidad.
Según publica Reuters, un portavoz de la entidad transnacional ha instado a Ankara que contribuya a rebajar la volatilidad en los mercados. "A la luz de la reciente volatilidad del mercado, la nueva administración deberá demostrar un compromiso con políticas económicas sanas para promover la estabilidad macroeconómica y reducir los desequilibrios, al tiempo que garantiza la plena independencia operativa del banco central para cumplir su mandato de garantizar la estabilidad de precios", ha enfatizado.
En las últimas horas, el Gobierno de Erdogan ha elevado las apuestas en el conflicto con EEUU y ha duplicado los aranceles sobre algunas importaciones de Estados Unidos, como vehículos, alcohol y tabaco, en lo que el vicepresidente turco, Fuat Oktay, ha afirmado que es una respuesta a los ataques deliberados estadounidenses contra la economía turca y contra la moneda, la lira, que se ha dejado un 30% este mes de agosto.
Es el último paso dado en una escalada de la tensión entre los dos aliados de la OTAN sobre el encarcelamiento del pastor evangelista Andrew Brunson, acusado de haber colaborado con los instigadores del fallido golpe de Estado de 2016, y las sanciones impuestas por EEUU a ministros turcos.
El pasado viernes, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció aranceles más altos para las importaciones de aluminio y acero desde Turquía. Este martes, el presidente turco Recep Tayyip Erdogan amenazaba a los productos electrónicos estadounidenses, y ahora ha decidido aumentar los aranceles sobre determinadas importaciones.
SIN INDICIOS DE PETICIÓN DE AYUDA AL FMI
El portavoz del FMI ha dicho también que no hay indicios de que las autoridades turcas estén considerando pedir ayuda financiera al organismo con sede en Washington y ha agregado que el Fondo está monitorizando la situación de cerca.
Economistas y analistas han señalado que Ankara probablemente tendrá que recurrir al FMI para restablecer la confianza en sus políticas económicas. "No hemos recibido ninguna indicación de las autoridades turcas de que estén contemplando una solicitud de asistencia financiera", ha concluido el portavoz del Fondo.