- El yen sigue a toda máquina y siembra la preocupación en el Gobierno de Japón
El dólar sigue ampliando sus pérdidas en todos los frentes, a pesar del repunte de la inflación en EEUU. El ‘billete verde’ ha decidido ignorar el auge de los precios en el primer mes del año -la tasa interanual se ha mantenido en el 2,1%- y ha seguido deslizándose por la senda bajista que ha retomado tras el rebote de Wall Street. El euro no ha dejado escapar la ocasión para ampliar su rally hasta los 1,25 dólares, máximos de casi dos semanas.
Desde que recedieron las preocupaciones entre los analistas sobre la pronunciada corrección que han vivido las bolsas, la 'moneda comunitaria' le ha ganado un 2,5% a su contraparte estadounidense y ha regresado a los niveles donde se negociaba antes del retroceso en los mercados globales. La libra, por su parte, avanza también firmemente ante su contraparte de EEUU y alcanza máximos de una semana y media en los 1,4070 dólares. Sin catalizadores de relevancia en ninguna de las dos divisas europeas, su avance se debe enteramente a nuevas ventas en el dólar.
La acción del precio en la moneda estadounidense atestigua, para los expertos de Danske Bank, que “el sesgo del mercado es negativo para la divisa ante la perspectiva de que el déficit fiscal en EEUU se ampliará significativamente”. De hecho, entre los operadores del mercado de las divisas, el sentimiento es más pesimista que en otros activos, y parece predominar un mayor “escepticismo sobre las subidas de tipos de la Reserva Federal (Fed) de este año”, indica por su parte Boris Schlossberg, cofundador de BK Asset Management.
“Los recientes movimientos, especialmente contra el yen sugieren que en el mercado monetario, los inversores simplemente no se creen la previsión de crecimiento de un 3,5% de EEUU y, en cambio, anticipan que el banco central dará marcha atrás en el endurecimiento de su política, a medida que la volatilidad y el menor crecimiento económico dinamiten los planes de la Fed”, añade Schlossberg.
Los inversores temen que la Fed dé marcha atrás en el endurecimiento de su política, a medida que la volatilidad y el menor crecimiento económico dinamiten sus planes
TIEMPO DE ACTIVOS REFUGIO
En este contexto y con la inercia que ha imprimido a su cotización el reciente episodio de aversión al riesgo tras la corrección de las bolsas mundiales, el yen es la divisa contra la que la falta de empuje del dólar es más evidente. En las últimas horas, la moneda nipona ha vuelto a conquistar un nuevo máximo de 15 meses en los 106,100 yenes contra su rival estadounidense. “Es temporada de caza en el dólar/yen”, comenta Stephen Innes, analista de Oanda, “y lo seguirá siendo mientras el yen se cambie por debajo de las 107,00 unidades contra el ‘billete verde’”, agrega el experto.
Schlossberg avisa, por su parte, que existe un “importante nivel de sobrecompra” en el yen en estos momentos, que no se refleja de igual manera respecto al euro que pone tierra de por medio con el cambio por debajo de 132,00 yenes del miércoles hasta niveles por encima de los 133,00 yenes por cada dólar. Por lo tanto, cree el analista de BK Asset Management que los inversores han “reaccionado desmesuradamente porque no hay nuevos catalizadores que justifiquen las compras en el yen”.
El único y tal vez el más notable es que “el buen tono de la moneda nipona confirma su posición como valor refugio, por encima del franco suizo, que no lo ha acompañado esta vez, a causa del nerviosismo que ha disparado entre los inversores las habladurías acerca de una intervención del Banco Nacional de Suiza de finales de enero”, argumentan por su parte los analistas de Rabobank. “Este acontecimiento ha aumentado la demanda del yen como ‘safe haven’ en la reciente crisis bursátil, que ha incrementado la volatilidad y, por tanto, la ansiedad entre los operadores”, añaden estos expertos.
NERVIOSISMO EN JAPÓN
Pero las condiciones de mercado para el yen no son en absoluto bienvenidas por el Gobierno de Shinzo Abe, que ha empezado a deslizar comentarios destinados a enfriar la moneda que poco efecto han tenido. En este sentido, los analistas de Danske Bank llaman a estar muy atentos a cualquier intervención del gobernador del Banco de Japón (BoJ por sus siglas en inglés) Haruhiko Kuroda. “En este punto, parece que es lo único que puede ofrecer soporte al dólar/yen”, comentan.
Desde Rabobank también ponen el acento en el BoJ ya que, durante meses, “el mercado ha estado ignorando en gran medida las garantías de Kuroda de que sigue plenamente comprometido con el gran programa de política ultra expansiva del banco central”. “El fuerte crecimiento en Japón y la mejora del mercado laboral han suscitado sospechas de que el supervisor monetario podría comenzar a retractarse de esta política en el futuro próximo”, añaden desde el banco holandés.
La especulación del mercado de que el final de la política flexibilizadora del BoJ está cerca es completamente errónea
Sin embargo, la inflación del IPC en Japón sigue muy por debajo de su objetivo y las bajas expectativas sobre los precios están profundamente arraigadas en la mentalidad nacional nacional, por lo tanto, desde Rabobank afirman que “la especulación del mercado de que el final de la política flexibilizadora está cerca es completamente errónea”.
No obstante, los expertos coinciden en señalar que, en este momento, la situación, aunque pone a Abe entre la espada y la pared, está lejos de desembocar en una intervención, más allá de declaraciones. De hecho, los movimientos especulativos del yen han sido comentados por otros altos políticos del país del sol naciente, dejando claro que el auge de la moneda se aproxima a niveles que encienden las alertas rojas entre los supervisores monetarios.
El ministro de Economía del país, Taro Aso, ha dicho este jueves que no cree que los movimientos actuales de la moneda sean tan fuertes o débiles como para justificar una intervención, y ha agregado, según 'Reuters', que por ahora no hay un plan para responder a los movimientos de divisas.
“Si los flujos de aversión al riesgo aceleran el movimiento, el yen podría caer rápidamente hacia los de 106,00 yenes contra el dólar y la mayoría de los exportadores japoneses que apuestan porque el yen fluctúe cerca de los 110,00 unidades en su cambio contra el billete verde, verán sus márgenes reducidos”, concluye Schlossberg.