El mercado ha seguido digiriendo el comunicado de política monetaria del Banco Central Europeo (BCE) y la comparecencia de su presidente, Mario Draghi. A pesar de que el banquero central no aportó apenas nada nuevo tras la reunión de junio, la clarificación de que los tipos no subirán al menos hasta septiembre de 2019 y la falta de explicaciones sobre la política de reinversión de bonos, que no se ha empezado a discutir, dispararon ventas moderadas en el euro.
La reacción inmediata fue más bien escasa, pero esta madrugada, la moneda comunitaria ha extendido el giro a la baja que inició durante la comparecencia de Draghi. Los expertos de Sucden, señalan que, “aunque el banco central no ofreció más detalles sobre su guía a los mercados en cuanto los incrementos de tasas, sí quedó más claro que no habría subidas hasta el final del verano o inicios de otoño, como pronto”.
Así, el dólar ha seguido ganando terreno y el euro ha acabado por ceder hasta los 1,1650 dólares. Además, el bono a 10 años estadounidense ha ampliado sus ganancias y ha alcanzado un máximo de seis semanas, ya que los operadores apuestan porque la economía de EEUU deje una lectura del 4,1% en el segundo trimestre, la mayor en cuatro años.
"El dólar refleja el impulso que está disfrutando de factores fundamentales, especialmente mayores rendimientos en Estados Unidos y de las acciones de Wall Street en medio de una mejor apetito de riesgo”, apuntan desde IG Securities. Con todo, los analistas creen que la moneda permanecerá atrapada entre el buen tono de la macro y “la presión a la baja por factores políticos, como los intentos del presidente Trump de mantener la fortaleza del dólar bajo control".
