Al dólar no le ha sentado bien la imposición de aranceles por valor de 34.000 millones de dólares a las exportaciones chinas. Después de haberse deslizado moderadamente en las dos últimas sesiones, ha acabado por rendirse frente al euro y ha caído a mínimos de tres semanas en los 1,1720 por euro. Los expertos aseguran que la advertencia de la Reserva Federal (Fed) sobre la guerra comercial ha dinamitado al ‘billete verde’.
En estos momentos, el euro sube un 0,4%, hasta los 1,1741 'billetes verdes'. Incluso ha llegado a ascender hasta los 17,68 dólares.
"El dólar aún se mantiene fuerte en medio de la escalada de tensiones comerciales, pero el hecho de que el banco central haya manifestado sus preocupaciones sobre este tema limitará el apoyo a la moneda de EEUU", comentaban esta mañana los analistas de Danske Bank. Con todo, señalaban que, además del tema de la guerra comercial, la publicación del informe de empleo moverá este viernes el mercado de las divisas.
De hecho, la acción del precio de los principales cruces es muy limitada en el dólar/yen, que se mantiene encapsulado en un estrecho rango y no abandona los 110,50 yenes, así que "los participantes del mercado buscarán desviar su atención de las cuestiones comerciales a las nóminas no agrícolas de EEUU Y si el informe de empleo es sólido, el dólar/yen está preparado para subir y salir de su rango reciente", según expertos de Daiwa Securities.
Contra la libra, el dólar también presenta pocos cambios después de que ayer cediera más allá de los 1,3250 dólares, máximos de 10 días. La divisa británica recibió impulso del Gobernador del Banco de Inglaterra, Mark Carney, quien se mostró levemente más 'halcón' en cuanto a su confianza sobre la marcha de la economía británica.
En cuanto al yuan, se mantiene también sin cambios, alrededor de los 6,40 por dólar, a pesar de que la guerra comercial entre Washington y Pekín amenaza con convertirse en el mayor conflicto de este tipo de la historia, a la luz de las recientes declaraciones del Gobierno de Xi Jinping. En última instancia, la factura arancelaria puede elevarse a 500.000 millones de dólares -la práctica totalidad de las exportaciones chinas a EEUU- con contramedidas equivalentes desde China.