- El proyecto ha costado 4.400 millones de dólares, el doble de lo previsto
- La estación de tren ha tardado más de una década en levantarse
La belleza sale cara. Eso es lo que deben pensar decenas de neoyorquinos y la Autoridad Portuaria de Nueva York y Nueva Jersey, que fue la que encargó al arquitecto español Santiago Calatrava que proyectase una estación de tren en pleno World Trade Center. La mastodóntica obra, que ha tardado más de una década en levantarse, suscita tantos elogios como críticas. A un lado están los defensores acérrimos de la belleza que desprende, y al otro quienes critican su sobrecoste, y es que el desembolso total por la misma asciende a 4.400 millones de dólares, el doble de lo previsto.
La Autoridad Portuaria, que encargó la obra a Calatrava, ha cancelado los actos de inauguración previstos
La apertura de la estación tendrá lugar dentro de poco, aunque según informa el portal Curbed NY no será todo lo 'pomposa' que cabría esperar para un proyecto de tal envergadura. Y es que la Autoridad Portuaria va a dejar que se ponga en marcha sin el menor acto público o inauguración oficial. Pat Foye, el expresidente ejecutivo de la agencia, ha tildado de "excesiva" la construcción, que ha costado el doble de lo presupuestado inicialmente. Otro medio, Politico New York, ha informado de que el Foye ha calificado el proyecto como un "símbolo del exceso" y ha dicho que desde que llegó al puesto ha tenido "problemas" con el "enorme coste" del proyecto "en una época de recursos limitados".
Es por ello que se han cancelado los actos de inauguración del intercambiador que estaban previstos. Cuando la obra ideada por Calatrava abra al público, dará servicio a más de 50.000 pasajeros al día ya que la estación conectará 11 líneas de metro, el tren regional PATH y el ferry de Battery Park City. Además, hay proyectado un centro comercial de la cadena Westfield en la zona, aunque aún no hay fecha oficial de apertura.
¿A QUÉ SE DEBEN LAS CRÍTICAS?
Las críticas al proyecto del arquitecto español no se deben al aspecto de la estación -aunque también las ha habido: no hay más que recordar las palabras de Steve Cuozzo en New York Post, donde dijo que la estación parecía "un limón"-, sino más bien por el sobrecoste que ha tenido sin importar cuál era la situación económica.
Según ha dicho Joseph Seymour, actual director ejecutivo de la Autoridad Portuaria, el problema es que la Autoridad Portuaria de Nueva York y Nueva Jersey "se enamoraron de Santiago Calatrava". "Algunas personas le consideran el Leonardo da Vinci de nuestro tiempo", ha llegado a decir un exoficial de la AP, que ha remarcado que "si alguien pensaba que era una exageración o innecesariamente costoso hubiese sido políticamente imposible decirlo" dada la devoción que había por Calatrava, recoge Curbed NY.
Cuando finalicen las obras, la estación de Calatrava, conocida como World Trade Center Transportation Hub, tendrá el dudoso honor se haber sido la estación de tren más cara de la historia. Y es que como ha asegurado Andrwe Rice, según recoge este mismo medio, "Calatrava me dijo que no era su trabajo controlar el presupuesto".
Son muchos los que piensan que la Autoridad Portuaria debería haber alzado la voz y haber frenado esta 'monstruosidad' de exagerado coste. "Uno no se puede ocultar detrás del hecho de que la estrella quiere hacerlo a su manera. Al final, la responsabilidad es de la dirección. Tienes que tener la mirada fría y decir, 'Hey, en el papel se ve bien pero, amigo, no va a funcionar porque no nos lo podemos permitir'", asegura Rice que le dijo un importante financiero.
Esta obra ideada por Santiago Calatrava se ha convertido en la estación de tren más cara de la historia
Y hay otros que también se han mostrado críticos, como Mitchell Moss, director del NYU's Rudin Center for Transportation. Rice ha recogido sus declaraciones al respecto: "Es uno de los grandes arquitectos [Calatrava], pero esto es un puto tren a Jersey".
Según recoge Crónica Global, la Autoridad Portuaria anunció en 2004 la construcción del intercambiador, que definió como "un híbrido entre un Espinosaurio y las vértebras de un pez giradas". El arquitecto español, por su parte, lo describió como "el regalo de la agencia a la ciudad de Nueva York". La estación debía haber estado acabada en 2009.
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