- El Supremo británico debatirá el caso durante cuatro días, pero el veredicto final no se espera hasta enero
- Si el tribunal descarta la apelación de May, hará descarrilar su calendario para abandonar la UE
El calendario del Brexit con el que Theresa May quiere llevar a cabo el divorcio entre la Unión Europea (UE) y Reino Unido, afronta otro bache en el camino que podría ralentizar e, incluso, parar los planes de la primera ministro británica para activar el artículo 50 del Tratado de Lisboa en marzo de 2017.
El Tribunal Supremo de Reino Unido -la más alta autoridad judicial del país- inicia el debate sobre la apelación del Gobierno británico a la decisión del Tribunal de Londres de que el inicio de la ruptura con la UE y sus términos deben pasar la aprobación parlamentaria. Está previsto que durante los próximos cuatro días, los 11 miembros del alto tribunal valoren los alegatos de May, que demanda activar el Brexit sin pasar por la Cámara de los Comunes, para ofrecer su veredicto a mediados de enero.
Si el alto tribunal rechaza el recurso presentado por el equipo de May, hará descarrilar los planes de la primera ministro para arrancar el proceso de abandono de la UE
Si el alto tribunal rechaza el recurso presentado por el equipo de May, hará descarrilar los planes de la primera ministro para arrancar el proceso de abandono de la UE. De hecho, que el Gobierno pierda la batalla legal, podría suponer que el Parlamento bloqueara el Brexit, ya que muchos diputados son claros defensores de que el país permanezca en ‘los Veintiocho’. Sin embargo, explica Reuters que aunque algunos analistas políticos apoyan este desenlace, lo más probable es que, de tener que aprobarse mediante votación parlamentaria, se abrirá un proceso de mayor escrutinio a los pasos que dé el Ejecutivo de May que acabará por aplazar el proceso.
En lo que se muestran de acuerdo muchos expertos es que, cuanto mayor sea la implicación de los parlamentarios en el proceso, menores son las posibilidades de que este desemboque en un ‘Brexit duro’, que prioriza medias sobre el control de la inmigración sobre el acceso al mercado único.
LA DECISIÓN DEL TRIBUNAL DE LONDRES
El pasado 3 de noviembre, el Tribunal Superior de Londres falló en contra de que el Gobierno decida unilateralmente la invocación del artículo 50 del Tratado de Lisboa y emitió una sentencia que fuerza a someter esta decisión a una votación parlamentaria.
Según este tribunal, el Parlamento británico será quien tenga la última palabra sobre el cuándo y el cómo se iniciará el proceso de divorcio con la Unión Europea (UE) tras el resultado del referéndum sobre el Brexit. Este hecho supuso un revés para May, quien había defendido hasta ahora que no era necesario que los parlamentarios se pronunciaran porque ya lo habían hecho los ciudadanos.
El alto tribunal londinense respondió con su veredicto al recurso presentado el mes pasado por activistas que consideran que el Gobierno no tienen la autoridad para activar el artículo 50.