El Banco Central Europeo (BCE) ha cumplido con las expectativas del mercado y ha mantenido el rumbo de su política monetaria en su cónclave del mes de septiembre, el antepenúltimo del año. Después de que en junio elevara su programa de compra de activos contra la pandemia (PEPP) en 600.000 millones de euros, hasta 1,35 billones de euros, la entidad presidida por Christine Lagarde se ha mantenido a la espera en este mes de septiembre, cuando el organismo ha publicado sus proyecciones macro.
El BCE ha mantenido sin cambios los tipos de interés de referencia para sus operaciones de refinanciación en el 0%, mientras que la tasa de facilidad de depósito continuará en el -0,50% y la de facilidad de préstamo en el 0,25%. El instituto emisor también ha dejado sin cambios la orientación a futuro, por lo que los tipos se mantendrán en su nivel actual hasta que el BCE observe que el pronóstico de inflación "converge robustamente" a un nivel "suficientemente cerca, pero por debajo, del 2%". Las reinversiones, en cambio, se mantendrán durante un periodo de tiempo "extendido" una vez que comience a elevar el precio del dinero.
Según el comunicado, "el Consejo de Gobierno realizará compras de activos netos bajo el PEPP hasta al menos finales de junio de 2021 y, en cualquier caso, hasta que juzgue que la fase de crisis del coronavirus ha terminado", ha señalado el banco central en un comunicado. Asimismo, los fondos que se obtengan de los vencimientos se seguirán reinvirtiendo hasta, como mínimo, finales de 2022. El BCE ha señalado que la reducción del balance de este programa se hará de forma que no suponga una interferencia con la política monetaria.
Con respecto al programa de compra de activos normal (APP), el BCE no ha realizado ningún cambio. Seguirá comprando 20.000 millones netos, aunque hasta final de año dispone de una potencia de compra adicional de 120.000 millones, a distribuir de forma mensual según considere.
El Consejo de Gobierno ha subrayado de nuevo que estas compras durarán tanto tiempo como sea necesario para reforzar el "impacto acomodaticio" de sus tipos de interés y que terminarán "poco después" de que el BCE comience a elevar el precio del dinero.