Más optimismo en el plano geopolítico. Este lunes llegan nuevas noticias de las conversaciones comerciales entre China y EEUU, que imbuye optimismo en los mercados. Según ‘Bloomberg’ y el ‘Wall Street Journal’, los gobiernos de las dos primeras potencias mundiales están ultimando su acuerdo que ya es inminente.
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Explican que Pekín habría ofrecido suavizar los aranceles y otras restricciones a los productos agrícolas y ganaderos, químicos y automóviles, mientras que Washington eliminará gran parte de los impuestos a las importaciones chinas. Así, aseguran que este mismo mes, el 27 de marzo concretamente, se rubricará el acuerdo por parte de los dos presidentes, XI Jinping y Donald Trump, aunque también explican que hay escollos en las conversaciones.
Las fuentes del periódico han advertido de que sigue habiendo obstáculos, y cada lado se enfrenta a una posible resistencia en su país por pensar que los términos son demasiado favorables para la otra parte. Relatan que las dos partes aún están negociando sobre el tema que encendió la mecha del conflicto: los planes chinos para la creación de competidores de tecnología global estatales que Washington, Europa y otros socios comerciales aseguran que violan las obligaciones de apertura del mercado de Pekín.
Como parte del acuerdo, habrá una compra de gas natural por 18.000 millones de dólares de Cheniere Energy Inc, con sede en Houston, según el diario. Estados Unidos está trabajando para concretar un acuerdo comercial detallado con China que incluirá compromisos estructurales específicos, según ha indicado Steven Mnuchin, secretario del Tesoro de Estados Unidos, a la cadena estadounidense 'CNBC'.
La semana pasada, Trump dijo que Estados Unidos podría no alcanzar un acuerdo comercial con China si no fuera lo suficientemente bueno, incluso cuando sus asesores económicos anunciaban un progreso "fantástico" hacia un acuerdo para poner fin a la disputa con Pekín.
Estas noticias suceden a las del pasado viernes, cuando se especulaba con que el tratado comercial se podía firmar alrededor del 15 de marzo. Los encargados de las conversaciones siguen señalando que el progreso es bueno y pondrá fin a una batalla que ha mantenido a los mercados en vilo durante meses.
Los dos países han impuesto aranceles a precios razonables a cientos de miles de millones de dólares en bienes de otros países, frenando los mercados financieros, interrumpiendo las cadenas de suministro de manufacturas y reduciendo las exportaciones agrícolas estadounidenses.