Las conversaciones comerciales entre EEUU y China se han convertido en un 'runrún' al que los mercados ya se han casi acostumbrado. La Casa Blanca no deja de enviar señales de que el acuerdo no llegará en el futuro próximo y se prepara para largas negociaciones. El primer encuentro cara a cara después de la cumbre de Osaka del pasado mes se producirá antes de agosto.
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Los negociadores comerciales estadounidenses pronto se dirigirán a China para una nueva cumbre bilateral, mientras las dos economías más grandes del mundo intentan llegar a un acuerdo, informa la CNBC. Otros medios han reportado que no ha habido más encuentros en persona desde que los presidentes de las dos primeras potencias mundiales, Donald Trump y Xi Jinping, se reunieron en Osaka a finales de junio.
Los funcionarios de los Estados Unidos viajarán a China para conversar en algún momento entre esete viernes (el inicio de un receso del Congreso de seis semanas en Washington) y el jueves 1 de agosto.
Si bien las conversaciones representan un próximo paso crítico después de una tregua alcanzada entre los líderes de los países en junio, el acuerdo no se considera tan cercano. Trump ha señalado que estaría dispuesto a relajar las restricciones sobre el Huawei a cambio de las compras de productos agrícolas de Estados Unidos.
A más largo plazo, los funcionarios estadounidenses han sugerido que podrían revertir los aranceles a cambio de que Pekín acepte que el acuerdo sea legalmente vinculante, un punto sobre el que retrocedió en mayo y que, en aquel momento, envió las negociaciones al traste.
La Casa Blanca indica que lograr que China acepte este último punto encallará las negociaciones que podrían demorarse varios meses más, al menos, aunque Trump sigue inclinado a firmar un acuerdo, según tres personas familiarizadas con el asunto.