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La economía de Estados Unidos llega a la parte final del año con signos de agotamiento, que se manifiestan principalmente a través de un mercado laboral que comienza a perder brillo. Los analistas, que durante buena parte del curso pronosticaban un 'aterrizaje suave', empiezan a revisar sus proyecciones, para en algunos casos incorporar la posibilidad de una recesión, como hacen en Rabobank, donde subrayan la "desaceleración significativa" que vive el país norteamericano.

"Fuimos uno de los primeros bancos en pronosticar una recesión en Estados Unidos y seguimos siendo uno de los últimos en mantener una recesión en nuestro pronóstico. La razón es que pensábamos que era poco probable que la Reserva Federal fuera capaz de exprimir la inflación de la economía sin causar ningún daño, es decir, una recesión o al menos una desaceleración significativa", valoran.

En la entidad aseguran que siempre mantuvieron dudas sobre un posible 'aterrizaje suave', ya que las fuertes métricas que exhibía la economía estadounidense se basaban en el exceso de ahorro originado durante la pandemia.

"El exceso de ahorro pandémico que sostuvo el gasto de los consumidores durante más tiempo del previsto se está agotando, y los datos de las tarjetas de crédito revelan un creciente estrés financiero. Además, aunque los tipos de interés nominales han subido sustancialmente, los tipos reales no habían sido restrictivos durante mucho tiempo", detallan.

Así, en la firma creen que esta situación seguirá empeorando a medida que se enfría todavía más el mercado laboral, ya que "tarde o temprano, el aumento del desempleo socavará el gasto de los consumidores y, cuando este último se desacelere, se producirán más despidos".

El aumento del desempleo es uno de los elementos que más preocupación ha generado sobre la economía de EEUU, y en Rabobank lo interpretan como "una indicación de que la economía está cayendo en una recesión o al menos en una desaceleración significativa en la segunda mitad del año".

"El desempleo aumentó más rápido de lo esperado por la Fed y alcanzó el 4,3% en julio. El ritmo al que aumenta la tasa de desempleo ¡ya desencadenó la regla de Sahm, lo que indica que en julio había comenzado una recesión! Si bien esta es una regla dimensional que puede ser demasiado simple de aplicar esta vez, la lógica de la regla de Sahm todavía se aplica: una vez que el desempleo comienza a acelerarse, se produce una retroalimentación adversa. Es posible que se haya iniciado un ciclo que podría conducir a una recesión", concluyen.

¿FALLAN LOS INDICADORES?

Los datos que se van conociendo sobre la evolución del país envían en ocasiones señales contradictorias, lo que dificulta la labor de los analistas, que también ven cómo los indicadores que en otro momento se mostraban fiables han perdido parte de su poder de orientación.

"Una curva de rendimientos invertida ha sido durante mucho tiempo un indicador fiable de las recesiones, probado y verificado en los últimos 50 años. Normalmente, una recesión llega alrededor de un año después de que el rendimiento de la nota del Tesoro estadounidense a 2 años supere por primera vez al de la nota a 10 años. Sin embargo, su inversión desde junio de 2022 no ha provocado ni siquiera una mínima desaceleración. Son 24 meses y sumando. Los datos recientes muestran una economía que se suaviza pero resiste, en la que la debilidad de un sector se ve compensada en gran medida por la fortaleza de otros", asegura Karen Manna, gestora de cartera de renta fija de Federated Hermes.

A la hora de evaluar los motivos que han llevado a la curva de rendimientos a perder "su poder como indicador", señala, en primer lugar, que "el periodo de la pandemia distorsionó varios indicadores y modelos, ya que la escasez y los excesos impulsaron el consumo".

"En los años siguientes, la interrupción de las cadenas de suministro llevó al acaparamiento y luego al gasto revanchista cuando el mundo volvió a abrirse. El mercado laboral se enfrentó a una escasez de trabajadores y a nuevas actitudes sobre el trabajo, que se manifestaron en mayores tasas de abandono, cambio de empleo y demanda de flexibilidad. Muchos aspectos, como el comportamiento de los consumidores y el empleo, se han ido normalizando, pero aún no han llegado a ese punto, como atestigua la solidez del informe de julio sobre el comercio minorista", subraya.

En segundo lugar, destaca que "la negativa de la economía a detenerse mientras la curva de rendimientos parpadea en amarillo podría tener mucho que ver con la extraordinaria política monetaria de más de una década de tipos cero de la Fed".

"Los estudiantes de posgrado y los economistas estudiarán ese periodo durante décadas, pero es probable que silenciara el impacto del agresivo ciclo de endurecimiento de la Fed. El endeudamiento a bajo o nulo coste dio lugar a balances artificialmente saneados, mitigando la necesidad de nuevos préstamos, por lo que el impacto de la subida de tipos está tardando más en manifestarse", indica.

Por último, pone el foco en "el compromiso de la Reserva Federal con la transparencia", ya que "la comunicación reforzada limita la necesidad de que los mercados infieran movimientos futuros, dirigiendo esencialmente la forma de la curva de rendimiento". "La curva imita a la Reserva Federal, no la proyecta", concluye.

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