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BBVA Research advierte de que la incertidumbre continúa "elevada" tras la moción de censura en España y la formación de gobierno en Cataluña, por lo que cree que las advertencias sobre la política económica realizada desde el cuarto trimestre de 2017 podrían restar entre dos décimas y cinco décimas al crecimiento del consumo y del PIB en 2018 y 2019. No obstante, mantiene su previsión de crecimiento en el 2,9% para este año y el 2,5% para 2019.

Así figura en el informe 'Situación Consumo' correspondiente al primer semestre del año y elaborado por el servicio de estudios de la entidad, en el que estima ese impacto derivado de la incertidumbre, a pesar de haberse moderado respecto al máximo histórico alcanzado a principios de octubre de 2017, con la celebración del referéndum de independencia en Cataluña.

Según BBVA Research, continúan existiendo algunos riesgos para el avance de la actividad y el empleo. Por su potencial impacto para el consumo, a nivel doméstico destaca la incertidumbre sobre la política económica y la posible aparición de presiones salariales durante los próximos años.

No obstante, señala que, hacia delante, los fundamentos de la economía española "avalan la continuidad de su expansión, aunque se mantienen las expectativas de desaceleración durante el presente bienio". Esto se debe a la moderación del impulso hasta ahora proporcionado por la política monetaria expansiva y los bajos precios del petróleo, el agotamiento de la demanda doméstica embalsada y la mayor incertidumbre sobre la política económica desde mediados del pasado año.

En cualquier caso, señala que la información disponible muestra que, tras crecer el 0,7% en el primer trimestre, la economía española habría avanzado en torno al 0,8% en el segundo, por el buen comportamiento de la demanda doméstica, mientras que la externa muestra algunos "síntomas de debilidad" que, en particular, afectan a las exportaciones de bienes

De hecho, mantiene su previsión al augurar que el crecimiento de la economía alcanzaría el 2,9% en 2018 y el 2,5% el 2019. La demanda interna continuaría siendo el principal soporte del crecimiento durante el bienio (2,6 puntos porcentuales en promedio).

En cambio, la contribución de la demanda externa neta al crecimiento sería limitada (una décima en promedio), ya que el aumento de las exportaciones totales se vería prácticamente compensado por el de las importaciones. De cumplirse este escenario, el avance de la actividad sería suficiente para crear en torno a 900.000 puestos de trabajo en el conjunto de los dos años y situar la tasa de paro por debajo del 14% en 2019.

LA BAJADA DEL IRPF COMPENSARÁ LA INFLACIÓN POR EL ALZA DEL PETRÓLEO

En este contexto, BBVA Research señala que las perspectivas del consumo privado son positivas, por lo que prevé que el crecimiento del gasto de los hogares repunte hasta el 2,6% en 2018 y se ralentice hasta el 2,1% en 2019. "Los fundamentos del consumo continuarían mostrando signos de fortaleza", subraya.

A pesar del repunte de la inflación, provocado por el aumento del precio del petróleo, cree que el avance de la renta disponible real superaría el 2% en ambos años, favorecido por la evolución positiva del empleo y el impulso fiscal incorporado en los Presupuestos Generales del Estado (PGE) para 2018.

Además, la riqueza inmobiliaria también ganaría tracción, en línea con el crecimiento del precio de la vivienda. La financiación al consumo, apoyada en unos tipos de interés todavía reducidos, continuaría aumentando, aunque a un ritmo menor que en el bienio 2016-2017.

Por el contrario, calcula que la contribución de la riqueza financiera al crecimiento del gasto sería menor que en 2017 debido, en parte, a la conclusión del proceso de desapalancamiento.

VE "PREOCUPANTE" LA CAÍDA DE LA TASA DE AHORRO

En esta línea, advierte de que la disminución de la tasa de ahorro de las familias desde comienzos de 2014 resulta "preocupante" porque incrementa su vulnerabilidad financiera ante futuras perturbaciones económicas. Sin embargo, apunta que la situación es menos inquietante cuando se considera el ahorro familiar que se canaliza a través de las empresas.

Así, explica que la evidencia empírica indica que el ahorro de los hogares y el de las empresas son, en gran medida, sustitutivos, ya que, en última instancia, las empresas son propiedad de los hogares.

Por tanto, si una empresa decide incrementar su ahorro -por ejemplo, reteniendo beneficios-, sus propietarios podrían optar por reducir su ahorro individual si consideran que su riqueza neta ha crecido. Tanto en España como en la Eurozona la relación entre el ahorro empresarial y el familiar es negativa. Como resultado, la participación del ahorro del sector privado en el PIB apenas ha variado desde 2009.

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