La economía del sector manufacturero de la zona euro retorna al crecimiento en julio. La mejora general en las condiciones operativas, aunque leve, fue la primera registrada desde febrero de 2019, según el índice PMI. No obstante, la fuerte destrucción de empleo persiste a medida que las empresas siguen operando por debajo de su capacidad.
Teniendo en cuenta los factores estacionales, y tras la mayor relajación de las restricciones de la actividad relacionadas con la Covid-19, el sector manufacturero de la zona euro marcó 51,8 en julio, frente a 47,4 registrado en el mes anterior, y se situó por encima de su lectura flash precedente, según la encuesta elaborada por Markit y publicada este lunes.
Aunque el crecimiento fue generalizado y todos los grupos de mercado registraron lecturas del PMI superiores a 50 en julio, el sector de bienes de consumo experimentó el mejor resultado, ya que registró el ritmo más fuerte de expansión en más de un año y medio.
La recuperación en general de la economía manufacturera de la zona euro durante julio estuvo impulsada por un retorno al crecimiento de la producción y de los nuevos pedidos. La marcada expansión de la producción fue la primera registrada por el estudio desde principios de 2019, mientras que los nuevos pedidos registraron un incremento por primera vez en casi dos años y su ritmo de crecimiento fue el más fuerte desde principios de 2018.
La tasa de destrucción de empleo fue de nuevo importante e históricamente fuerte
Los últimos datos muestran que la demanda procedente de los mercados nacionales e internacionales ha mejorado. Los nuevos pedidos para exportaciones aumentaron por primera vez desde septiembre de 2018, aunque el crecimiento fue modesto y notablemente inferior al de los nuevos pedidos en total.
A pesar de los retornos al crecimiento tanto de la producción como de los nuevos pedidos, los últimos datos indicaron que las empresas continuaron operando por debajo de su capacidad. Los pedidos pendientes de realización disminuyeron en julio por vigésimo tercer mes consecutivo, aunque solo ligeramente, mientras que las empresas volvieron a recortar el número de empleados. A juzgar por los últimos datos, el nivel de empleo ha disminuido por decimoquinto mes consecutivo y la tasa de destrucción de empleo fue de nuevo importante e históricamente fuerte.
Los fabricantes siguieron prefiriendo utilizar los stocks existentes para los requisitos de producción en julio, y los últimos datos indican la mayor disminución de los stocks de compras en seis meses. Unas mayores necesidades de producción y las persistentes reducciones de la actividad de compra fueron los principales factores que condujeron los stocks a la baja. Los últimos datos mostraron que la compra de insumos disminuyó por vigésimo mes consecutivo, aunque a un ritmo mucho más débil. La reticencia a comprar más insumos se debió en parte a los continuos retrasos del lado de la oferta. La encuesta de julio indicó que los plazos medios de entrega se deterioraron por sexto mes consecutivo, aunque al ritmo más débil de dicha secuencia.
En cuanto a los precios, permanecieron en territorio deflacionista por decimocuarto mes consecutivo, aunque la tasa de declive de los costes fue la más débil en más de un año. Las presiones competitivas y la demanda aún débil hicieron que las tarifas se redujeran nuevamente. No obstante, el declive fue marginal y el menos marcado registrado desde agosto de 2019.
De cara a los próximos doce meses, la confianza empresarial continuó recuperándose en julio, aumentando frente a junio hasta alcanzar su nivel más alto desde enero pasado. Las empresas esperan que las recientes tendencias positivas en la actividad y los nuevos pedidos continúen con una recuperación generalizada de la pandemia. El sentimiento se situó en su punto más alto entre las empresas italianas. Los fabricantes griegos y franceses se mostraron los menos optimistas.
Por países, solo dos, Grecia y los Países Bajos, registraron lecturas del PMI por debajo de 50, ya que la mayoría retornaron al crecimiento en julio. España fue el país que registró el mejor resultado en general, ya que su lectura del PMI fue la más alta en más de dos años. Los incrementos en Francia y Austria, aunque más lentos, fueron de todas formas sólidos, mientras que Alemania e Italia registraron un crecimiento modesto.
Los datos reflejan "un comienzo muy positivo para el tercer trimestre, ya que la producción creció al ritmo más rápido en más de dos años, impulsada por un aumento alentador de la demanda", apuntan en Markit. De hecho, "el crecimiento de los nuevos pedidos superó al de la producción, lo que sugiere que en agosto deberíamos observar mayores incrementos en la producción. La mejora de la cartera de pedidos también ha ayudado en julio a restaurar la confianza empresarial sobre las perspectivas al nivel de la máxima pre-pandémica de enero".
No obstante, destacan que las cifras del empleo "siguen siendo una preocupación importante, especialmente porque el mercado laboral probablemente sea clave para determinar el camino de recuperación de la economía. Aunque la tasa de pérdida de empleo disminuyó hasta alcanzar el nivel más bajo desde marzo pasado, siguió siendo la mayor que en cualquier otro momento desde 2009, lo que refleja la reducción generalizada de los costes en muchas empresas donde el brote de virus ha afectado fuertemente a los márgenes de beneficios".
"El aumento del desempleo, la inseguridad laboral, las segundas oleadas de infecciones por el virus y las medidas de distanciamiento social todavía vigentes limitarán inevitablemente la recuperación. Por lo tanto, las cifras de los próximos meses serán fundamentales para evaluar si el aumento reciente de la demanda puede mantenerse, ayudando a las empresas a recuperar la producción perdida y aliviando en parte la necesidad de una mayor reducción de los costes en el futuro", concluyen.