La economía manufacturera de la zona euro experimentó una nueva mejora récord de las condiciones operativas en mayo. Los aumentos de la producción y de los nuevos pedidos se desaceleran levemente, pero los ritmos de crecimiento siguen siendo considerables, mientras los plazos de entrega de los proveedores se alargan a un ritmo récord impulsando la intensificación de las presiones inflacionistas.
El índice PMI publicado este martes y elaborado por la consultora Markit, subió desde 62,9 registrado en abril hasta 63,1 en mayo, su lectura más alta en la historia del estudio. El índice PMI ha registrado lecturas por encima del nivel de ausencia de cambios de 50, que separa el crecimiento de la contracción, por undécimo mes consecutivo.
Los tres grupos de mercado estudiados registraron una vez más fuertes mejoras de las condiciones operativas en mayo. Los productores de bienes de capital nuevamente obtuvieron los mejores resultados, registrando fuertes incrementos tanto de la producción como de los nuevos pedidos. El crecimiento en las categorías de bienes intermedios y bienes de consumo se intensificó, y las lecturas de sus respectivos índices PMI de mayo se situaron cerca de las máximas de la historia del estudio.
Analizando por países, los Países Bajos señalaron la lectura más alta del índice PMI, seguido de Austria. Ambos países registraron sus respectivas lecturas récord del estudio. De los seis países restantes cubiertos por el estudio, Irlanda e Italia también registraron sus lecturas más altas jamás registradas del PMI, mientras que Grecia, Francia y España registraron sus máximas en varios años. Alemania fue el único país que experimentó un crecimiento más lento, aunque de todas formas logró registrar un ritmo de expansión cercano al récord de la encuesta de marzo pasado.
La producción manufacturera creció al ritmo más lento registrado por el estudio en tres meses, aunque, no obstante, se mantuvo cerca del récord del estudio de marzo pasado, y la producción estuvo nuevamente respaldada por rápidos incrementos de los nuevos pedidos. La encuesta de mayo indicó que las ventas aumentaron a la tercera tasa más fuerte en la historia del estudio (superada solo por los aumentos observados en los dos meses anteriores). Las carteras de nuevos pedidos aumentaron debido al incremento de la demanda de los mercados nacionales e internacionales; los nuevos pedidos para exportaciones volvieron a crecer a un ritmo históricamente acelerado.
Las persistentes dificultades para obtener insumos de los proveedores impusieron restricciones a las actividades de producción. Los plazos de entrega de los proveedores se deterioraron a un ritmo severo y sin precedentes en el mes, ya que la demanda de insumos volvió a superar la capacidad de suministro de los proveedores.
De hecho, la actividad de compra entre las empresas manufactureras de la zona euro aumentó a un nuevo ritmo récord del estudio pese a que, debido a los retrasos en las entregas, las empresas volvieron a utilizar sus stocks existentes siempre que fue posible. En consecuencia, los stocks de insumos se erosionaron por vigésimo octavo mes consecutivo. En un intento por satisfacer la fuerte demanda, los fabricantes redujeron sus stocks de productos terminados al ritmo más fuerte registrado por el estudio desde noviembre de 2009.
Con respecto a los precios, los costes medios de los insumos volvieron a aumentar sustancialmente, y la tasa de inflación alcanzó un nivel sin precedentes en consonancia con la escasez generalizada de productos. Impulsados por la fuerte demanda del mercado, los fabricantes aprovecharon la mejora del poder de fijación de precios subiendo sus tarifas a la tasa más rápida en más de 18 años de disponibilidad de datos.
Dado que los nuevos pedidos aumentaron a un ritmo más rápido que el de la producción, los niveles de pedidos pendientes continuaron aumentando en mayo. De hecho, el ritmo de crecimiento alcanzó un nuevo récord del estudio por tercer mes consecutivo. Dicha acumulación de las cargas de trabajo alentó a las empresas a reforzar su fuerza laboral, conllevando a un aumento neto del empleo en la industria manufacturera por cuarto mes consecutivo. El crecimiento también se aceleró, alcanzando su nivel más alto desde enero de 2018. Todos los países registraron una vez más un aumento de los niveles de personal, y Austria, Irlanda y los Países Bajos señalaron los incrementos más pronunciados.
Por último, la confianza sobre el futuro se mantuvo muy positiva en mayo a pesar de haberse ralentizado hasta su nivel más bajo de los últimos cuatro meses. Los fabricantes se mantuvieron optimistas por las oportunidades potenciales a lo largo de los próximos doce meses derivadas de la esperada creciente reapertura de las economías y flexibilización de las restricciones relacionadas con la contención de la pandemia de la COVID-19.
En Markit consideran que "el sector manufacturero de la zona euro continuó creciendo a un ritmo sin precedentes en los casi 24 años de la historia del estudio, y el índice PMI batió nuevos récords por tercer mes consecutivo. El fuerte crecimiento de la producción se suma a las señales de que la economía se está recuperando con fuerza en el segundo trimestre. No obstante, en mayo también se observaron retrasos récord de los suministros, que están limitando el crecimiento de la producción y dejando a las empresas incapaces de satisfacer la demanda en un grado que el estudio no había registrado anteriormente".
En consecuencia, destacan que "los altos volúmenes de ventas están erosionando las existencias de los almacenes y la acumulación de los trabajos pendientes se ha disparado a un ritmo récord. Si bien estos indicadores a futuro son un buen augurio para la persistencia de los incrementos de la producción y del empleo en los próximos meses a medida que las empresas intentan ponerse al día con la demanda, la otra cara de la moneda son los precios más altos. La combinación de una fuerte demanda y un deterioro de la oferta está haciendo subir los precios a una tasa sin precedentes en los últimos veinticuatro años".
Por lo tanto, los datos del estudio "indican que es probable que la economía experimente un fuerte crecimiento durante el verano, pero probablemente también se verá un fuerte aumento de la inflación. No obstante, esperamos que las presiones de los precios se moderen a medida que los efectos disruptivos de la pandemia disminuyan aún más en los próximos meses y mejoren las cadenas de suministro globales. También deberíamos observar un cambio en la demanda de los bienes a los servicios a medida que las economías continúan reabriendo, restando algo de presión sobre los precios, pero ayudando a mantener un ritmo sólido de recuperación económica", concluyen.