La economía de la zona euro no logró recuperar su ímpetu y la debilidad se extendió en diciembre, poniendo fin a un cuarto trimestre en el que la actividad total aumentó al menor ritmo desde que la economía salió de su declive, en la segunda mitad de 2013. Según el índice PMI, mientras que el sector manufacturero profundiza en su recesión, el sector servicios muestra capacidad de recuperación.
Como muestran los datos del indicador, publicado este lunes y elaborado por la consultora Markit, el flash del índice PMI compuesto de la actividad total de la eurozona se situó en 50,6, sin variación respecto a noviembre. El de actividad comercial del sector servicios registró máximos de los últimos cuatro meses al situarse en 52,4 en diciembre, frente a 51,9 del mes anterior.
Por su parte, el flash del PMI de producción del sector manufacturero se colocó en 45,9, en comparación con 47,4 de noviembre, indicando mínimos de 86 meses. El del sector manufacturero de la zona euro se situó en 45,9 frente a 46,9 del mes previo, señalando mínimos de los dos últimos meses.
Así, mientras que la recesión del sector manufacturero se ha profundizado, el sector servicios mostró indicios de capacidad de recuperación frente al entorno económico negativo generado por la desaceleración en el sector industrial. El crecimiento del empleo se redujo hasta mínimos de cinco años y las presiones de los precios siguieron moderándose. La lectura de diciembre cierra un cuarto trimestre en el que la actividad total ha aumentado al ritmo más débil desde que la economía salió de su desaceleración en el segundo semestre de 2013.
Mientras que la recesión del sector manufacturero se profundiza, el sector servicios muestra capacidad de recuperación
El decaimiento de diciembre nuevamente fue impulsado por el sector manufacturero, donde la producción se desplomó al ritmo más marcado desde octubre de 2012, indicando su decimoprimer mes de caída constante. Los nuevos pedidos recibidos por las fábricas disminuyeron por decimoquinto mes consecutivo y el ritmo de declive volvió a acelerarse tras una atenuación en los dos meses anteriores. Las empresas del sector manufacturero recortaron el empleo a un ritmo más intenso, reduciendo sus plantillas por octavo mes consecutivo, y al ritmo más pronunciado desde octubre de 2012.
El sector servicios arrojó mejores noticias, puesto que la actividad comercial y los volúmenes de nuevos pedidos recibidos aumentaron a sus tasas más rápidas desde agosto pasado, aunque a juzgar por los datos históricos en ambos casos los ritmos de expansión siguieron modestos y se mantuvieron por debajo de las medias observadas en 2019. En consecuencia, la creación de empleo en el sector servicios siguió reduciéndose y alcanzó su segunda mínima registrada en los tres últimos años.
También se recibieron mejores noticias gracias a un aumento del nivel de nuevos pedidos por primera vez desde agosto pasado, pero el incremento fue solo marginal. En consecuencia, los pedidos pendientes cayeron por décimo mes consecutivo, aunque se redujeron al ritmo más lento desde junio pasado. La persistente erosión de los trabajos por realizar sugirió un nuevo desarrollo de exceso de capacidad operativa, y a su vez fue un factor importante que impulsó a las empresas a limitar la contratación. El empleo aumentó en diciembre al ritmo más lento desde noviembre de 2014.
La debilidad de la creación de empleo también reflejó en parte el continuo menor optimismo de las perspectivas para los próximos doce meses. Aunque las expectativas han aumentado frente a las mínimas observadas a fines del verano y durante el otoño, en diciembre se han reducido ligeramente y siguen situándose en uno de los niveles más bajos registrados desde 2013.
En cuanto a la preocupación de las empresas, una vez más giró en torno de la incertidumbre geopolítica, especialmente los trastornos relacionados con el Brexit y las guerras comerciales de EEUU junto con una inquietud más generalizada respecto de la ralentización del crecimiento económico mundial en 2020.
Por países, Francia siguió proporcionando un soporte vital al crecimiento económico de la zona euro, pero Alemania siguió indicando una ligera desaceleración, impulsada por una creciente recesión en el sector manufacturero. El crecimiento en el resto de la región continuó situándose en su mínima de seis años.
La actividad empresarial cayó por cuarto mes consecutivo en Alemania, aunque el declive fue solo marginal puesto que un mayor crecimiento en el sector servicios ayudó a contrarrestar un incremento del ritmo de declive de la producción manufacturera. La producción industrial en Alemania siguió reduciéndose a uno de los ritmos más intensos desde 2012. El crecimiento del sector servicios, que se ha acelerado hasta su máxima en cuatro meses, de todos modos se mantuvo muy por debajo de los ritmos observados anteriormente este año.
"La economía de la zona euro llega a fines de 2019 inmersa en su peor periodo desde 2013"
Sin embargo, han aparecido señales de perspectivas más brillantes para Alemania, puesto que el optimismo respecto de los próximos doce meses ha aumentado hasta máximos desde junio pasado y los nuevos pedidos se redujeron a su menor ritmo desde julio pasado.
Francia siguió arrojando mejores resultados que Alemania, y su actividad empresarial aumentó por noveno mes consecutivo, concluyendo el mejor trimestre de este año, aunque el crecimiento perdió un poco de impulso en diciembre. No obstante, mientras que la expansión en el sector servicios francés siguió aumentando, el sector manufacturero indicó una paralización del crecimiento de la producción. De hecho, en contraste con Alemania, en Francia las expectativas comerciales volvieron a caer, alcanzando su mínima en seis meses.
En el resto de la zona euro no se registraron cambios en el crecimiento de la actividad total frente a noviembre, el cual a su vez había sido el más lento en seis años. Un mayor ritmo de declive de la producción manufacturera hasta mínimos de marzo de 2013 fue contrarrestado por el mayor aumento mensual de la actividad comercial del sector servicios desde marzo pasado.
Desde Markit comentan que "la economía de la zona euro llega a fines de 2019 inmersa en su peor periodo desde 2013, y las empresas luchan contra el difícil entorno de una demanda casi estancada y perspectivas sombrías para los próximos doce meses", ya que "hay pocos indicios de posibles mejoras inminentes".