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La actividad comercial en la zona euro creció a su ritmo más débil de casi cuatro años en noviembre, según los datos de la última encuesta del PMI elaborada por la consultora Markit. Esto se debe al crecimiento más lento de las carteras de pedidos y unas exportaciones a la baja, que se vieron acompañados de un decreciente optimismo con respecto a las perspectivas futuras, además de un aumento de los costes y los precios.

En concreto, el índice PMI compuesto de la zona euro se situó en noviembre en 52,4 frente a 53,1 de octubre, registrando su mínima de los últimos 47 meses. Mientras, el de la actividad comercial bajó a 53,1 respecto a 53,7 de octubre, señalando su mínima de los últimos 25 meses. Por su parte, el índice PMI del sector manufacturero registró su mínima de los últimos 30 meses al situarse en 51,5 frente a 52 de octubre.

Este aumento más débil de la actividad empresarial global fue impulsado por una desaceleración en la llegada de nuevos pedidos hasta su nivel más bajo desde comienzos de 2015, que a su vez estuvo vinculada con un segundo mes consecutivo de caída de los nuevos pedidos para exportaciones en el sector manufacturero y en el sector servicios en su conjunto.

La ralentización más pronunciada del crecimiento de la actividad empresarial de nuevo se produjo en el sector manufacturero, donde la producción solo aumentó ligeramente. El crecimiento de la producción casi llegó casi a estancarse en respuesta a la segunda caída mensual consecutiva de los pedidos recibidos en las fábricas y para exportaciones.

La ralentización más pronunciada del crecimiento de la actividad empresarial de nuevo se produjo en el sector manufacturero

El sector manufacturero responsabilizó de la atenuación del crecimiento a la debilitada demanda mundial, la creciente inestabilidad política y económica, las guerras comerciales y especialmente, un bajo volumen de ventas de coches.

En cuanto a las ventas, fueron impulsadas al alza por un sólido mercado laboral en algunos países, que a su vez fue vinculado con un mayor gasto del consumidor. Sin embargo, en noviembre se han observado nuevos indicios de que la ralentización se está extendiendo fuera del sector manufacturero, puesto que incluso la tasa de expansión del sector servicios se debilitó hasta su mínima en poco más de dos años. Los nuevos pedidos recibidos en el sector servicios alcanzaron su mínima de 25 meses y los pedidos para exportaciones cayeron al ritmo más fuerte de casi dos años.

Mientras tanto, el aumento de los niveles de empleo se ralentizó en ambos sectores, cayendo en su conjunto a su mínima de 22 meses mientras las firmas recortaron sus planes de expansión en línea con la reciente reducción del crecimiento de las carteras de pedidos y el creciente pesimismo respecto a las perspectivas. Las expectativas de crecimiento en los próximos 12 meses decayeron hasta su mínima de los últimos cuatro años.

A pesar de la desaceleración del crecimiento, las presiones de los precios siguieron elevadas. La inflación de los costes se atenuó levemente y se mantuvo ligeramente por encima de la media registrada en lo que va de año hasta la fecha, atribuida principalmente a un aumento en los costes laborales, de las energías y las materias primas.

LA ECONOMÍA SE ENFRENTA A UN FINAL DE AÑO DESALENTADOR

Por países, Alemania de nuevo fue un área clave de preocupación, ya que el crecimiento de la actividad comercial se ralentizó hasta su mínima de casi cuatro años. Un nivel cercano a la ausencia de cambios en la producción manufacturera marcó su resultado más débil desde abril de 2013. El sector servicios alemán resultó ser más resistente, aunque de todos modos indicó la expansión más débil de los últimos seis meses.

"Los datos sugieren que la debilidad del PIB en el tercer trimestre quizás no haya sido un problema pasajero"

Francia resistió mejor, superando a Alemania por segundo mes consecutivo. Sin embargo, el aumento de la actividad total fue conjuntamente el más bajo desde diciembre de 2016. La producción manufacturera cayó por segundo mes consecutivo, compensada por un crecimiento robusto, aunque ligeramente menor, de la actividad del sector servicios.

En el resto de la zona euro se ha registrado un crecimiento especialmente deslucido. La tasa de expansión fue la menor desde noviembre de 2013, atenuándose en ambos sectores hasta registrar expansiones apenas modestas.

Desde Markit consideran que "la desaceleración de la expansión económica de la zona euro hasta su mínima de los cuatro últimos años se suma a los indicios de que la economía se enfrenta a un final de año desalentador". "Los datos del estudio sugieren que la debilidad del PIB en el tercer trimestre quizás no haya sido un problema pasajero y que la tendencia subyacente se inclina hacia que probablemente se produzca un crecimiento económico más lento".

"Aunque los niveles elevados de los indicadores de precios de la encuesta darán cierto aliento al Banco Central Europeo (BCE) al señalar unas presiones inflacionistas más firmes, las desalentadoras lecturas de la actividad comercial aumentarán la preocupación de que los riesgos para el crecimiento han volcado las perspectivas cada vez más hacia la baja", conluyen.

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