La agencia de calificación crediticia S&P Global ha rebajado de 'estable' a 'negativa' la perspectiva de los rating en divisa local y extranjera 'BB+' y 'BB', respectivamente, de la deuda a largo plazo de Turquía, al considerar que la depreciación de la lira y las presiones inflacionistas amenazan a la economía otomana.
S&P atribuye su decisión a que el Banco Central de Turquía no ha sido capaz de dar una respuesta adecuada para corregir el alza de los precios, ni para evitar la depreciación de la lira turca, que desde el golpe de Estado ha perdido un 28% de su valor frente al dólar.
En este sentido, la agencia de calificación ha señalado que, dado que la economía turca tiene mucha dependencia del dólar, el tipo de cambio débil erosiona tanto el balance de las empresas como la calidad de los activos del sector financiero, lo que limita el crecimiento del país.
"En consecuencia, nuestra visión es que los riesgos fiscales y las presiones sobre la balanza de pagos están incrementándose más rápido en Turquía que en otras economías emergentes menos dependientes del dólar", añade S&P.
De este modo, la calificadora explica que la perspectiva 'negativa' de la deuda a largo plazo del país, que se encuentra dentro del nivel de 'bono basura', refleja la "insuficiencia" de la política monetaria turca para frenar el avance de la inflación y "mitigar" el impacto de la depreciación de la lira sobre el sistema financiero y la balanza exterior.
Con todo, S&P espera que el crecimiento de Turquía se sitúe en el 2,4% en 2017 y en el 2,7% en 2018, para acelerarse hasta el 3% en 2019 y 2020.