La directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, ha asegurado este jueves que la institución internacional revisará "probablemente" a la baja su previsión de crecimiento para la Eurozona (que ahora es del 2,4% para 2018 y del 2% en 2019), al haber detectado "señales" de que el "impulso" ha alcanzado su máximo nivel y a la vista de riesgos como las "tensiones" comerciales con Estados Unidos.
"Después de un año de crecimiento muy alto el año pasado, por encima del crecimiento potencial, se está ralentizando un poco el impulso. El crecimiento sigue siendo fuerte, amplio y favorable al empleo a pesar de que vemos claramente señales de que esta situación ha llegado al punto máximo", ha explicado en una rueda de prensa en Luxemburgo en el marco de la reunión de ministros de Finanzas de la Eurozona (Eurogrupo), en la que ha participado.
"En julio probablemente actualicemos y revisaremos nuestra previsión de crecimiento para la Zona Euro, pero la revisaremos levemente a la baja. No esperamos una ralentización pronunciada en parte porque la política monetaria seguirá apoyando este crecimiento en la zona euro", ha explicado.
Lagarde ha enumerado en una rueda de prensa los riesgos que el FMI detecta para la Eurozona, entre los que ha destacado las "tensiones comerciales iniciadas por el incremento de los aranceles de acero y aluminio" por parte de Estados Unidos. "El impacto directo de estos aranceles es mínimo, pero el impacto sobre la confianza y el riesgo de escalada son significativos", ha advertido.
También ha apuntado a la "falta de progresos" en las negociaciones del Brexit (que "eventualmente" pueden provocar que la salida de Reino Unido del bloque comunitario sea "abrupta") y el hecho de que los mercados financieros puedan reaccionar "muy rápidamente" si detectan una relajación en la adopción de reformas por parte de los países más grandes del euro.
La directora gerente del FMI también ha celebrado la decisión del Banco Central Europeo (BCE) de mantener los tipos de interés y ha expresado que la institución monetaria europea "debe retener toda la flexibilidad para utilizar todos sus instrumentos".
RECOMENDACIONES
En este contexto, Lagarde ha recomendado a aquellos países de la Zona Euro con elevados niveles de deuda pública que trabajen para reconstruir "colchones fiscales" que puedan utilizar cuando llegue la próxima crisis, con el objetivo de "defenderse a sí mismos y a su sistema financiero".
En este línea, ha instado a continuar con la aprobación de reformas estructurales, sobre todo con respecto a los mercados laborales. "Hemos visto algunas pero no muchas y no en todos los lugares. Y ahora es el momento para completar esas reformas estructurales", ha expresado.
Así mismo, ha pedido a aquellos países con superávit "persistentes" por cuenta corriente y con "amplio espacio fiscal" que se centren en "incrementar la inversión pública en infraestructuras, educación e innovación". "Este es claramente el caso para Alemania y Países Bajos", ha señalado.
Sobre el sistema financiero, el FMI cree que "ha mejorado" la resiliencia de los grandes bancos europeos y que los riesgos se han reducido a medida que las entidades financieras han "construido capital" y han recortado el nivel de préstamos dudosos.
Sin embargo, ha advertido de que ésta es la situación "es verdad para muchos (bancos) pero no para todos". "Algunos siguen siendo vulnerables frente a riesgos de crédito, de mercado o de liquidez. Para muchos de ellos la baja rentabilidad a pesar del crecimiento todavía es un problema. Creemos firmemente que muchos bancos deben reducir el stock de créditos improductivos con urgencia", ha remarcado.