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El déficit de capital de los bancos superaría los 180.000 millones en el peor escenario previsto

WASHINGTON, 13 (EUROPA PRESS)

Las vulnerabilidades financieras del sistema, que ya eran elevadas antes de los primeros brotes de Covid-19, no han hecho otra cosa que incrementarse desde entonces, lo que puede llegar a suponer un freno a la recuperación y conducir a la economía a un escenario más adverso en el que quiebras generalizadas lleven a un reapreciación del riesgo de crédito y al endurecimiento de la concesión de préstamos, empeorando las condiciones financieras, según señala el Fondo Monetario Internacional (FMI).

"La pandemia de Covid-19 podría ser una importante prueba de resistencia para el sistema financiero mundial", advierte el FMI en su 'Informe de Estabilidad Financiera Global', donde apunta que factores desencadenantes como nuevos brotes del virus, pasos en falso en las políticas implementadas u otras sacudidas, podrían interactuar con las vulnerabilidades preexistentes y llevar a la economía a un escenario más adverso.

"Desde el brote de Covid-19, las vulnerabilidades han seguido aumentando", recuerda la institución.

En este sentido, el consejero financiero del FMI, Tobias Adrian, ha planteado la existencia del riesgo de que las medidas actuales puedan tener consecuencias no deseadas, como refleja la desconexión entre las valoraciones de las bolsas y el débil desempeño de la economía "real".

"Esa brecha puede reducirse gradualmente si la economía se recupera rápidamente. Pero si la recuperación se retrasa, por ejemplo, si se tarda más de lo esperado en controlar el virus, el optimismo de los inversores puede disminuir", ha advertido.

De este modo, las autoridades se enfrentan a la disyuntiva de prestar el apoyo necesario hoy y las implicaciones de las crecientes vulnerabilidades para el crecimiento a medio plazo.

En el caso de las empresas, el FMI admite que sin las medidas aplicadas para facilitar su endeudamiento se habría registrado un fuerte aumento en las quiebras, aunque recuerda que esta expansión de la deuda corporativa se ha sumado a unos niveles de apalancamiento ya elevados en varias economías, alertando de que "a medida que la crisis continúa desarrollándose, las presiones de liquidez pueden transformarse en insolvencias".

"El aumento del endeudamiento neto ha ayudado a reducir las presiones de liquidez y mitigado un aumento mayor en los incumplimientos en este momento. Sin embargo, el aumento de la deuda puede conducir a un deterioro de la capacidad de reembolso a medio plazo, poniendo en riesgo la solvencia", sostiene.

En este sentido, el FMI considera que la trayectoria futura de incumplimientos y quiebras dependerá fundamentalmente de la evolución de la pandemia y de la capacidad de las autoridades para mantener unas condiciones de financiación acomodaticias y seguir proporcionando apoyo fiscal a empresas viables.

De este modo, es probable que las grandes empresas con acceso a los mercados de capitales eviten una erosión significativa de sus posiciones de capital a menos que haya un endurecimiento significativo en las condiciones de financiación, mientras que, sin embargo, las pymes son mucho más vulnerables

Las insolvencias generalizadas entre las pymes podrían tener un impacto macroeconómico directo significativo, así como implicaciones adversas para la situación del sector bancario, particularmente en Europa, donde las pymes representan más de la mitad de la producción total y aproximadamente dos tercios del empleo y, por lo tanto, puede afectar la estabilidad financiera a través de vínculos macrofinancieros.

"Dado que las pymes dependen casi por completo de la financiación bancaria, podrían suponer un fuente de vulnerabilidad, especialmente para los bancos regionales y pequeños", advierte la institución dirigida por Kristalina Georgieva.

DÉFICIT DE CAPITAL DE LA BANCA.

Asimismo, el informe apunta de cara al futuro que la resistencia de los bancos dependerá de la profundidad y duración de la recesión causada por el Covid-19, así como de la capacidad de los gobiernos para seguir apoyando al sector privado y del ritmo del reconocimiento de pérdidas.

De acuerdo con el escenario base planteado por el FMI en sus previsiones macroeconómicas de octubre de 2020 y teniendo en cuenta las políticas anunciadas para mitigar las dificultades de los prestatarios y respaldar los niveles de capital bancario, la mayoría de los bancos dispone de capacidad para absorber pérdidas y mantener reservas de capital por encima de los requisitos mínimos de capital regulatorio.

Sin embargo, en el escenario adverso, caracterizado por una recesión más profunda y una recuperación más débil, existe una serie considerable de bancos cuyo capital caería por debajo del mínimo regulatorio.

Los bancos de importancia sistémica mundial tienden a obtener mejores resultados, señala el FMI, mientras que los bancos de los mercados emergentes parecen ser menos resistentes que sus pares en las economías avanzadas.

En este sentido, bajo el escenario adverso del FMI, el déficit de capital en relación con los requisitos mínimos de capital sería de unos 110.000 millones de dólares (93.586 millones de euros), mientras que el déficit de capital en relación con los requisitos regulatorios, incluyendo reservas de capital anticíclicas, reservas de conservación de capital y reservas sistémicas, podría alcanzar los 220.000 millones de dólares (187.182 millones de euros), después de contabilizar medidas de apoyo.

Por otro lado, el FMI advierte del incremento de las vulnerabilidades soberanas como consecuencia del amplio apoyo fiscal prestado por los países

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