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José Luis Fernández, presidente de CeomaCEOMA

MADRID, 8 (EUROPA PRESS)

La Confederación Española de Organizaciones de Mayores (Ceoma) ha advertido este lunes del "gran impacto psicológico y social" que supone para las personas mayores de 50 años mantenerse como desempleados "con la única salida de percibir un subsidio desde los 52 años y de estar esperando a alcanzar la edad para poder jubilarse".

El presidente de esta organización, José Luis Fernández, ha criticado que, por un lado, se retrase la edad de jubilación, que en la actualidad alcanza los 66 años y seis meses, cuando "la situación de paro entre los mayores de 50 es tan elevada". En su opinión, "es algo muy contradictorio" pedir a las personas que se jubilen más tarde si no se les ofrece empleo a partir de cierta edad".

Para Fernández, al margen de la economía, fomentar la vida activa es necesario socialmente y ayuda a reducir los costes socio-sanitarios y a prevenir la dependencia, teniendo en cuenta que las personas mayores suponen ya el 20,42% de la población, porcentaje que se situará cerca del 30% dentro de 15 años.

Según datos del Servicio Público de Empleo, los parados de 50 a 54 años superan los 340.000, cifra a la que hay sumar otros 412.000 desempleados de 55 a 59 años y 437.000 que son mayores de 59 años. En conjunto, los parados de 50 y más años sobrepasan los 1,19 millones, el 46,5% del total de desempleados contabilizados por las oficinas públicas de empleo (2,56 millones).

Ceoma resalta además que el 60,7% de los parados mayores de 50 años son mujeres, por lo que "ser mayor de 50 y mujer se convierte en una misión imposible para conseguir un empleo". Este porcentaje es ligeramente superior al 60,4% que representan las mujeres sobre el total de parados.

El presidente de Ceoma ha alertado de que, con el retraso de la edad de paternidad y maternidad, muchas personas a esa edad "tienen hijos pequeños y cargas hipotecarias, por lo que su situación es desoladora" y conlleva "problemas de salud mental que la sociedad no está atendiendo de forma adecuada".

Según la organización, la mitad de los contratos efectuados en 2023 se realizaron a trabajadores menores de 35 años, proporción que va disminuyendo con la edad. Así, sólo el 18,69% de los contratos se realizaron con personas de 45 a 54 años y únicamente el 8,82% se suscribieron con mayores de 54 años.

PLANES DE FORMACIÓN ESPECÍFICOS

Ante esta situación, Fernández ha reclamado a empresarios y administraciones que "no sigan mirando hacia otro lado" y "tomen decisiones que ayuden a este colectivo", que a menudo "se queda sin oportunidades laborales", a pesar de que la veteranía "aporta una experiencia y unas cualidades que redundan en beneficio de las compañías y que contribuyen a su desarrollo económico".

Para potenciar su inclusión en el mercado laboral, el presidente de Ceoma ha pedido planes de formación específicos, una promoción de la formación a lo largo de la vida, fijar criterios de flexibilidad organizativa y potenciar la transmisión del conocimiento.

"Tenemos que conseguir que no exista una imagen negativa, tanto en la empresa privada como en las administraciones públicas, de los profesionales de más de 50 años, a quienes se les condena a un paro de larga duración. Y en el caso de la mujer la situación aún es más complicada", ha añadido.

Con el objetivo de acabar con la discriminación por edad en las empresas y potenciar los planes de talento sénior, la organización ha impulsado el proyecto 'Empresas amigables' para concienciar sobre la importancia de evitar caer en estereotipos y en edadismos.

'Empresas amigables' incluye actuaciones y acciones formativas para que las empresas sean amigables con las personas mayores, partiendo de una serie de ítems creados por Ceoma, en colaboración con Albor Consultor y el Foro Técnico de Formación, para lograr el buen trato por parte de los trabajadores y de la dirección de las entidades que prestan sus servicios hacia este grupo poblacional.

Las empresas que quieran formar parte de la iniciativa tienen que superar una evaluación y reciben una acreditación que les reconocerá como empresas amigables con las personas mayores.

Esta acreditación supone un distintivo de calidad y responsabilidad social que puede mejorar la imagen, la reputación y la competitividad de la empresa. Además, las empresas acreditadas formarán parte de una red de entidades comprometidas con el envejecimiento activo y saludable, y podrán acceder a recursos, asesoramiento y buenas prácticas para seguir avanzando en este ámbito, ha informado Ceoma.

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