El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, ha ofrecido un discurso considerablemente 'dovish', tal y como se esperaba, en el arranque de la jornada de este martes en el Foro de bancos centrales de Sintra organizado por el BCE. Draghi ha reconocido que si las perspectivas no mejoran, serán necesarios estímulos adicionales, y ha afirmado que nuevas reducciones de tipos forman parte de los instrumentos con los que cuenta el banco central para afrontar la situación.
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El presidente del BCE ha señalado además que el programa de compra de activos (QE) todavía tiene un margen de maniobra considerable, ahondando un poco más en el discurso acomodaticio que ofreció el pasado 6 de junio, con motivo de la reunión de tipos el BCE.
Las bolsas se han recuperado considerablemente tras las palabras de Draghi. El Ibex, que caía un 0,7%, ha cerrado con un repunte del 1,19%, con la mitad de los bancos en rojo. Hay que tener en cuenta que los bancos ya recibieron mal, el pasado 6 de junio, el cambio en la orientación del BCE, que ahora establece que es improbable que la primera subida de tipos tras las crisis se produzca antes de mediados de 2020. El hecho de que Draghi se reafirme en este mensaje e incida en la posibilidad de un recorte en los tipos, no gusta en absoluto en las entidades financieras.
El mercado descuenta que habrá un recorte de tipos de 10 puntos básicos por parte del BCE en diciembre. En cuanto a la Fed, que celebra reunión entre hoy y mañana, se prevé que deje la puerta abierta a una bajada incluso en el próximo mes de julio.
Las palabras de Draghi han tratado de tranquilizar al mercado y parece que lo han conseguido. El presidente del BCE ha vuelto a recalcar que utilizarán "toda la flexibilidad para cumplir su mandato". "Nuevos recortes de los tipos de interés oficiales y medidas paliativas para contener los efectos secundarios siguen siendo parte de nuestras herramientas. Y el APP (programa de compra de activos) todavía tiene un margen de maniobra considerable", afirmó.
