Problemas en el seno del Banco Central Europeo (BCE). La repentina dimisión de la alemana Sabine Lautenschlaeger, miembro del Consejo del banco central, sin que se hayan explicado los motivos, ha dado paso a las especulaciones y ha generado dudas en torno al BCE y a la cohesión de sus miembros. No es ningún secreto que los banqueros centrales alemanes siempre se han mostrado críticos con la política laxa del banco central. Lautenschlaeger es el tercer miembro del Bundesbank en dejar su cargo antes de tiempo en los últimos diez años, siguiendo los pasos de Jürgen Stark y Axel Weber.
El BCE se ha negado a dar las razones de su repentina dimisión dos años antes de lo previsto, lo que ha generado los rumores. Hay quien apunta a que su marcha responde a su disconformidad con las políticas del BCE y que ha tenido como detonante el anuncio, en la última reunión, de la reanudación del programa de compra de activos. Para ella y para otros miembros, esta decisión habría sido prematura e innecesaria.
Sin embargo, Michael Hewson, el director de análisis de CMC Markets, cree que detrás de la marcha de Lautenschlaeger hay otro motivo. "Parece bastante extraño que haya decidido marcharse justo cuando se va Draghi. (...) Si tiene desacuerdos con él, el hecho de que éste se marche sería una oportunidad para ella de ayudar a dar forma a la política monetaria con la nueva titular, Christine Lagarde, cuando llegue el 1 de noviembre", apunta.
"Aunque sólo la señora Lautenschlaeger conoce las razones por la que siente que no puede seguir en su cargo, una de esas razones podría ser la llegada de la señora Lagarde, una abogada de profesión a la que han colocado en el BCE para hacer frente a un trabajo en el que no tiene ninguna experiencia", afirma Hewson.
El director de análisis se muestra bastante crítico con Lagarde, cuestionando su paso por el FMI y también por la política francesa. "Su permanencia en el FMI no ha sido exactamente un éxito", señala este experto, y se refiere a su papel en lo vivido por Grecia y Argentina y en la creación "de la recesión más profunda jamás vivida en Grecia, que dejó un rastro de miseria humana a su paso".
En cuanto a su paso por el Ministerio de Hacienda de Francia, "tampoco fue exactamente un éxito", señala Michael Hewson, en un momento en el que el déficit francés era muy elevado y superaba con creces las normas de la UE.
"Con este tipo de antecedentes, además de verse envuelta en un escándalo de fraude, es probable que el aterrizaje de Christine Lagarde en el cargo de presidenta del BCE sea motivo de preocupación para aquellos que todavía valoran la prudencia fiscal por encima de la generosidad fiscal", señala Hewson, que considera que Lagarde "no está ni remotamente cualificada para el puesto".
