El presidente del Deutsche Bank, Paul Achleitner, ha descartado este domingo que la entidad requiera algún tipo de ayuda estatal o, incluso, fusionarse con otros bancos para hacer frente a tres años de pérdidas consecutivas y después de un año 2018 muy aciago.
En una entrevista con el medio alemán Frankfurter Allgemeine Sonntagszeitung, Achleitner ha señalado que no renunciará a cerrar en verde incluso después de un año difícil en el que Deutsche ha remplazado a su director ejecutivo, ha sido objeto de investigaciones judiciales tras ser acusado de blanqueo de dinero y haya visto cómo el precio de sus acciones se reducía a la mitad.
"Veamos los hechos: Deutsche Bank tiene una base de capital muy sólida en comparación con sus competidores", ha señalado al citado periódico. Además, ha insistido en que el nuevo CEO, Christian Sewing, estaba manteniendo los costes de la entidad bajo control.
Asimismo, el presidente del banco ha rechazado cualquier especulación sobre que Deutsche podría fusionarse con su rival Commerzbank en un futuro cercano.
Achleitner ha reiterado su postura y, preguntado si Deutsche podría necesitar apoyo financiero, ha subrayado: "Este escenario no se producirá".