- : Este porcentaje crece hasta el 36% en las pensiones contributivas de jubilación
- Menos promoción o contratos discontinuos son los lastres para las mujeres
Otro año más, las mujeres cobran de media menos que los hombres. Bastante menos. La brecha salarial es del 20%. Mientras un hombre cobra de media 2.075 euros mensual brutos, una mujer cobra 1.661 euros, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística. Es verdad que la brecha se ha ido reduciendo conforme han pasado los años, pero aún queda mucho camino por recorrer. Sobre todo, porque cobrar menos en la vida laboral también provoca que la pensión de las mujeres sea notablemente inferior.
El camino recorrido es largo. En la actualidad, las mujeres pueden acceder a los mismos puestos que los hombres y tener el mismo salario. Pero la brecha salarial sigue ahí, y esta desigualdad repercute en las pensiones de jubilación, cuyo problema está en las bases. Es decir, tal y como señala Raymond Torres, el director de coyuntura y estadística de Funcas, las mujeres tienen un triple problema en el mercado laboral.
El primero de ellos es que las mujeres tienen menos perspectiva de promoción dentro del mismo oficio “No es que se pague diferente por el mismo trabajo, sino que no promocionan tanto como los hombres”, asegura. Añade que ha habido avances, con mujeres en puestos políticos importantes o directivas en empresas, “pero todavía queda mucho, porque es un problema considerable”.
La brecha salarial sigue ahí, y esta desigualdad repercute en las pensiones de jubilación, cuyo problema está en las bases
El siguiente problema, continúa, es que hay un condicionamiento social que lleva a las mujeres a elegir puestos de trabajo que están peor pagados, “como los relacionados con salud o educación, mientras que los hombres eligen ingenierías o finanzas”. De hecho, según la última EPA, un total de 241.100 mujeres trabajan en actividades financieras frente a 454.700 hombres, es decir, casi la mitad. Y no es una cuestión menor, puesto que en este sector se cobra de media 3.126,76 euros al mes, lo que le convierte en la rama de actividad con mayor salario.
Otro dato que llama la atención es que el 15,5% de las mujeres trabajadores cobra menos de 710 euros brutos mensuales. En ese decil sólo se encuentra el 5% de los hombres. También hay mucha diferencia en la parte alta de la tabla. El 12,5% de los hombres cobra más de 3.316,9 euros brutos mensuales, frente a un 7,2% de mujeres, siempre según los datos del INE, correspondientes a 2016.
El tercer obstáculo que se encuentra la mujer en el mercado laboral es el tipo de contrato. “Las mujeres sufren más la precariedad que los hombres y también el desempleo y la inactividad. Esto repercute en una remuneración más baja, por lo que acumulan menos derechos para la pensión”, explica Torres. Muestra de ello es la tasa de temporalidad en España, que en mujeres es del 25,3% y en los hombres es del 7,8%, según datos de la Comisión Europea.
PEOR SALARIO, PEOR PENSIÓN
Este triple problema siente en el presente. Pero es que, además, se proyecta en el futuro. España cuenta con un sistema de pensiones contributivo. Es decir, cuanto más contribuye el trabajador al sistema, mayor es su pensión. “Si las mujeres están discriminadas en el mundo laboral, con salarios más bajos, tendrán una pensión más baja, pero esto no es problema de las pensiones, sino del mercado laboral”, explica José Ignacio Conde-Ruiz, subdirector de Fedea.
Por su situación laboral, las mujeres conforman un colectivo de especial vulnerabilidad ante la jubilación. Dos factores, la brecha salarial y las características de sus carreras de cotización, explican que la pensión de jubilación de las mujeres sea entre un 25% y un 38% inferior a la de los hombres. Según los últimos datos del Ministerio de Empleo, la pensión de jubilación media de una mujer fue en octubre de 787,39 euros, frente a los 1.237 euros de un hombre.
La brecha salarial es del 20% entre el colectivo de trabajadores. Sin embargo, según el Parlamento Europeo esta brecha es mayor en la edad de jubilación, asciende al 36,1%. Además de que la mujer cobra menos, hay que añadir la discontinuidad de las mujeres en la cotización. Tal y como indica el instituto de pensiones de BBVA, el sistema de pensiones en España tiende a premiar carreras de cotización largas y constantes. Las mujeres se ven penalizadas en este aspecto porque frecuentemente acreditan una mayor discontinuidad en sus cotizaciones, derivada del cuidado de hijos o familiares y de la mayor parcialidad en sus contratos.
Sin embargo, en este aspecto hay que hacer un alto. Los últimos datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) muestran que de las 2,02 millones de mujeres ocupadas a tiempo parcial, más de la mitad (1,1 millones) señala que no tiene una jornada completa por no haber podido encontrar trabajo en ese tipo de jornada. Mientras que el cuidado de familiares enfermos o niños es la razón de 252.000 personas para no trabajar a jornada completa.
“La situación más complicada resulta cuando esta dificultad en su carrera de cotización impide la acreditación de los 15 años mínimos de cotización que se solicitan, dentro de los cuales dos tienen que haberse cotizado en los últimos 15 antes de la jubilación”, explican desde el Instituto de Pensiones de BBVA. De esta manera, sólo les queda la opción de acceder a la pensión no contributiva.
Estas cuestiones ponen de manifiesto la necesidad de abordar medidas en distintos ámbitos para eliminar esta brecha de ingresos en la jubilación, que obliga a las mujeres a hacer un esfuerzo notablemente superior para alcanzar el mismo nivel de vida una vez ponen fin a su etapa activa.
En este sentido, ya se han puesto en marcha algunos elementos correctores, tales como el reconocimiento de cotizaciones por nacimiento de hijos o por cuidado, así como el complemento por maternidad que se reconoce desde 2016. Con este complemento se quiere reconocer el esfuerzo demográfico de las mujeres, reconociendo un porcentaje añadido a su base reguladora de su pensión de jubilación teniendo en cuenta el número de hijos.
La opción del ahorro “no es realista que se va a compensar esa diferencia en el mercado laboral o en las pensiones”, indica Torres. Por este motivo, apunta que hay que intentar mejorar la base del mercado laboral de las mujeres. “Algo que permitirá mejorar sus pensiones y promover sus situación. Por ahí pasa la solución”, sentencia
Porque hay que buscarla, ya que los peores contratos, los menores salarios y las pensiones más bajas configuran una terrible amenaza: la de la pobreza femenina. Djamil Tony Kahale, profesor titular del Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social de Udima, señala que la diferencias en los salarios entre hombres y mujeres se acentúan conforme aumenta la edad y especialmente en las pensiones de jubilación “aumentando el riesgo de pobreza femenina”. Por esto, señala la importancia de que las empresas implementen y desarrollen las políticas de igualdad. “De lo contrario, estaremos llevando a las mujeres a la pobreza”, alerta.