El sector manufacturero de la zona euro entró en territorio de declive en junio y terminó el segundo trimestre a la baja, ya que los niveles de producción cayeron por primera vez en dos años. Parece que la desaceleración cobrará impulso en los próximos meses, según se refleja en el índice PMI.
En cifras, el Índice PMI del sector manufacturero de la zona euro, elaborado por S&P Global, cayó de 54,6 registrado en mayo a 52,1 en junio, su lectura más baja desde agosto de 2020, indicando un declive por quinto mes consecutivo. Por partes, el Índice PMI final del sector manufacturero de la zona euro se situó en 52,1 (frente a 54,6 en mayo), registrando su mínima de los últimos 22 meses, mientras que el Índice final de producción del sector manufacturero se situó en 49,3 (frente a 51,3 en mayo), señalando su mínima de los últimos 24 meses.
La evidencia del empeoramiento de las condiciones operativas de los productores se observó en muchos de los subíndices de la última encuesta del PMI: los nuevos pedidos recibidos en total y los pedidos de exportación disminuyeron, mientras que la confianza empresarial cayó hasta su mínima en 25 meses. Los pedidos pendientes de realización, que se han acumulado intensamente durante la pandemia, también se redujeron por primera vez en casi dos años, puesto que la reducción de la demanda permitió a las empresas concentrarse en completar los pedidos pendientes.
Analizando otros subíndices, también hubo más señales tentativas de que las cadenas de suministro se están acercando a la estabilidad debido a que los plazos de entrega de los insumos se alargaron al ritmo más lento en un año y medio. También se observó una disminución de las presiones inflacionistas, ya que tanto los costes de los insumos como los precios de venta aumentaron a unas tasas más lentas.
La tendencia a la baja observada en la zona euro en su conjunto reflejó el debilitamiento generalizado en todos los países estudiados en junio. El país con el mejor resultado fue una vez más los Países Bajos, aunque su crecimiento se desplomó hasta su mínima de diecinueve meses. En comparación con mayo, Austria registró la desaceleración más pronunciada, ya que su respectivo índice PMI manufacturero cayó más de 5 puntos. El país con el peor resultado fue Italia, que registró el incremento más débil en dos años.
Por primera vez desde la primera ola de contagios por la COVID-19 en la primera mitad de 2020, los datos de la encuesta de junio señalan una disminución de la producción manufacturera de la zona euro. Las condiciones de una demanda más débil, la guerra en Ucrania y los continuos problemas de suministro se mencionaron como los motivos de esta reducción de la producción.
Los nuevos pedidos recibidos disminuyeron de nuevo en junio. El ritmo de declive se aceleró y fue el más fuerte desde mayo de 2020. Los encuestados mencionaron una desaceleración en general de la demanda de productos, aunque muchos de ellos comentaron que los clientes dejaron de realizar nuevos pedidos debido a los niveles de precios actuales. También se observó una ralentización en los flujos de exportación* en junio, ya que los nuevos pedidos procedentes del extranjero cayeron por cuarto mes consecutivo.
También hubo una creciente tendencia entre las empresas a controlar los costes ya que la actividad de compras aumentó a la tasa más lenta en la secuencia actual de veintidós meses de crecimiento. También se mencionó ampliamente una preferencia por utilizar los stocks existentes, puesto que las empresas hicieron suficiente acopio en los últimos meses para mitigar los problemas de suministro y de la inflación.
No obstante, hubo indicios, aunque limitados, de que los problemas de las cadenas de suministro se están estabilizando. El índice de plazos medios de entrega del estudio aumentó hasta su máxima de 18 meses, indicando en términos generales la menor incidencia de retrasos en las entregas desde diciembre de 2020.
La recepción de insumos encargados con anterioridad apoyó los esfuerzos constantes de acopio, a pesar de la marcada desaceleración en el crecimiento de la actividad de compras. Los stocks de insumos aumentaron en junio al ritmo más rápido en cinco meses.
Por primera vez en poco menos de dos años, los fabricantes de la zona euro lograron reducir significativamente sus cargas de trabajo en junio, ya que debido a una menor demanda las empresas se concentraron en los pedidos pendientes de realización. Mientras tanto, el crecimiento del empleo se desaceleró hasta su mínima de tres meses.
En junio se produjo una notable pérdida de positividad en el sector manufacturero de la zona euro. En general, la confianza empresarial cayó hasta su nivel más débil desde mayo de 2020 debido a que la preocupación en torno a las perspectivas económicas mundiales y la inflación afectaron las expectativas de crecimiento.
Por último, las presiones inflacionistas cayeron levemente en junio. Tanto en el caso de los costes de los insumos como en el de los precios de venta, los aumentos fueron más lentos en comparación con mayo, y las tasas de inflación se redujeron hasta sus mínimas de 15 y seis meses respectivamente. No obstante, las presiones de los precios se mantuvieron históricamente elevadas.
Desde S&P Global Market Intelligence destacan que el sector manufacturero de la zona euro "entró en territorio de declive en junio, ya que la producción se contrajo por primera vez en dos años debido a una caída pronunciada de la demanda. Los pedidos de productos han caído a un ritmo acelerado en los últimos dos meses y en junio disminuyeron en todos los países encuestados, con la excepción de los Países Bajos, e incluso en este país el ritmo de crecimiento se ha ralentizado notablemente en los últimos meses".
Añaden que "la demanda se está debilitando y las empresas lo vinculan a que clientes se muestran cada vez más cautelosos con respecto al gasto a raíz del aumento de los precios y las perspectivas económicas inciertas. Parece que la desaceleración cobrará impulso en los próximos meses. Los stocks tanto de materias primas como de productos terminados sin vender están aumentando debido a unos volúmenes de producción y ventas inferiores a los esperados, lo que sugiere que un ajuste de stocks actuará como un lastre adicional para el sector en los próximos meses".
Mientras tanto, "los pedidos pendientes de realización están disminuyendo, lo que a menudo es un preludio de que las empresas reducirán su capacidad operativa, y la confianza empresarial en las perspectivas ha caído hasta su nivel más bajo en poco más de dos años. El suministro de muchos insumos claves también sigue siendo limitado, y la preocupación con respecto al suministro energético y de alimentos se ha sumado al nerviosismo sobre el futuro", dicen.
Consideran que una "ventaja del reciente debilitamiento de la demanda es la disminución de algunas restricciones de la cadena de suministro, lo que a su vez ha ayudado a moderar las presiones inflacionistas de los productos industriales. Dado que los datos de la encuesta indican una probabilidad cada vez mayor de que el sector manufacturero caiga en una recesión, estas presiones de los precios deberían disminuir aún más en el tercer trimestre".