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El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de CosEduardo Parra - Europa Press - Archivo

El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, anticipa que la inflación de la eurozona seguirá bajando en 2024, aunque de una manera "más lenta", y pide a los Gobiernos una orientación restrictiva de la política fiscal.

"Tras un repunte temporal en diciembre, las proyecciones del Eurosistema reflejan una continuación de la tendencia descendente de la inflación, que se espera que en 2025 converja al objetivo del 2%. No obstante, en 2024 el descenso de la inflación sería más lento debido a efectos base al alza y a la retirada gradual de las medidas fiscales adoptadas durante la crisis energética", ha señalado en un artículo publicado en 'Anuario España 2024. Un año por delante', de EY Insights.

En este contexto, el Banco Central Europeo (BCE), optó por dejar sin cambios los tipos de interés en su último cónclave monetario celebrado en diciembre y adelantó que las tasas se mantendrían en los niveles actuales el tiempo necesario para alcanzar el objetivo de inflación del 2% en el medio plazo.

"La cuestión de por cuánto tiempo será necesario mantener los tipos de interés en el nivel actual, antes de comenzar a reducirlos gradualmente, dependerá de la evolución futura de los datos, en un contexto en el que el nivel de incertidumbre sigue siendo elevado", ha subrayado de Cos.

No obstante, ha advertido que los desarrollos geopolíticos, en particular en Oriente Medio, siguen suponiendo un riesgo a la baja para el crecimiento y al alza para la inflación.

En este sentido, y en relación con el crecimiento económico, las proyecciones del BCE muestran una nueva revisión a la baja. Ahora se espera un crecimiento del 0,6% en 2023, una ligera recuperación al 0,8% en 2024, apoyada por el aumento de la renta real disponible, y avances del 1,5% en 2025 y en 2026, conforme vayan desapareciendo los efectos de la política monetaria.

"Los riesgos para este escenario de crecimiento están sesgados a la baja. En particular, la transmisión de la política monetaria nos ha venido sorprendiendo por su fortaleza, lo que, de extenderse en los próximos ejercicios, se traduciría en un menor crecimiento e inflación", ha indicado el gobernador.

"La evolución de los costes laborales unitarios y de los márgenes empresariales resultará también crucial para determinar el comportamiento futuro de la inflación y la reacción de la política monetaria", ha añadido.

Las proyecciones incorporan un incremento gradual de los salarios reales, que recuperarían la pérdida de poder adquisitivo observada en 2022 hacia finales de 2024. En cuanto a los márgenes, ante la debilidad de la demanda y la resolución de los de cuellos de botella, se espera una compresión de estos, como ya ha sucedido en el tercer trimestre.

Asimismo, para de Cos, la política fiscal también puede resultar fundamental. "Los Gobiernos deberían revertir las medidas de apoyo asociadas a la crisis energética y la orientación debería ser restrictiva ya en 2024 y en los años siguientes para reducir gradualmente los elevados niveles de deuda pública y déficit estructurales observados en algunos países. Ello es esencial para evitar que aumenten las presiones inflacionistas, lo que haría necesaria una orientación aún más restrictiva de la política monetaria", ha enfatizado.

En base a este objetivo, considera que es importante alcanzar pronto un acuerdo sobre la reforma del marco de gobernanza económica de la Unión Europea.

En resumen, de Cos cree que "el elevado nivel de incertidumbre implica que debemos seguir muy atentos y no bajar la guardia para detectar con prontitud cualquier riesgo que afecte a las perspectivas de inflación. Así podremos evitar tanto un endurecimiento insuficiente, que impediría el logro de nuestro objetivo de inflación, como excesivo, que dañaría innecesariamente la actividad y el empleo".

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