Ya lo anticipaba ayer el director general de Economía y Estadística del Banco de España (BdE), Ángel Gavilán, durante la presentación en Bilbao el informe anual de este organismo correspondiente a 2021. El organismo revisará "unas décimas a la baja" sus previsiones de crecimiento para la economía española en 2022 respecto a lo estimado en abril (4,5%), y también rebajará "ligeramente" sus estimaciones para la inflación, aunque elevará la subyacente.
Así lo ha anunciado el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, durante su intervención en la Comisión de Asuntos Económicos y Transformación Digital del Congreso de los Diputados para presentar el Informe Anual del Banco de España.
"El estallido de la guerra ha supuesto un empeoramiento de las perspectivas de crecimiento en el corto plazo y ha intensificado las presiones inflacionistas", ha dicho el gobernador del banco central español. No obstante, apunta que "dado que los flujos comerciales bilaterales con Rusia son relativamente reducidos, se espera que los efectos directos de la guerra sobre el comercio exterior español sean modestos. Sin embargo, los efectos indirectos pueden ser significativos".
La guerra ha tenido también un impacto negativo sobre la incertidumbre, como muestra el hecho de que el descenso de la confianza de los hogares en marzo, tras el inicio del conflicto, fue el más abultado de la serie histórica.
Por consiguiente, "cabe esperar que la economía española sufra un retraso en el proceso de recuperación gradual en el que estaba inmersa. Así, las últimas proyecciones macroeconómicas del Banco de España dibujaron un escenario de menor dinamismo de la actividad y mayores presiones inflacionistas que las anteriores, elaboradas en diciembre de 2021", ha declarado.
En concreto, las proyecciones contemplan que el PIB crezca este año un 4,5%. En los dos ejercicios posteriores, el PIB avanzaría un 2,9 % y un 2,5 %, respectivamente.
De Cos también ha explicado que las perspectivas económicas se encuentran, en todo caso, sometidas a un grado de incertidumbre muy elevado. De hecho, la información conocida después de la publicación de estas proyecciones apuntaría, en ausencia de perturbaciones adicionales, a una nueva revisión a la baja en el crecimiento del PIB en 2022, como consecuencia de que la evolución en el primer trimestre fuera más desfavorable de lo proyectado.
Respecto a la inflación, los nuevos datos apuntan a avances mayores del componente no energético, mientras que el componente energético está experimentando crecimientos elevados, pero algo más modestos de lo que se esperaba en abril, ha dicho el gobernador del BdE.
