El Producto Interior Bruto (PIB) español podría crecer este año por encima del 1,6% previsto en las últimas proyecciones del Banco de España, y superaría el 2%, en promedio, en 2024 y 2025, según ha declarado su gobernador, Pablo Hernández de Cos, dado el crecimiento en el primer trimestre mayor que el anticipado, junto con la revisión reciente de la serie histórica.
Al incremento del ritmo de avance del producto contribuirán, entre otros factores, la disminución proyectada de las presiones inflacionistas con la consiguiente recuperación de la confianza y de las rentas reales de los agentes, la desaparición de las disrupciones en las cadenas productivas globales y el despliegue de los fondos vinculados al programa Next Generation EU, como ha detallado durante su intervención en el encuentro del sector bancario IESE.
De Cos ha matizado una vez más que estas proyecciones están sujetas a "una incertidumbre muy elevada y existen riesgos de que se materialicen escenarios menos positivos".
En particular, ha señalado que la eventual duración de la guerra en Ucrania sigue siendo la principal fuente de riesgo. A esto se suma el curso futuro de la economía mundial, que también es motivo de preocupación, en un contexto de endurecimiento de la política monetaria a nivel global y de riesgos geopolíticos significativos.
Del mismo modo, el gobernador del Banco de España considera que las perspectivas de crecimiento dependerán crucialmente de que se concrete la desinflación proyectada. "Una mayor persistencia de tasas de inflación elevadas ralentizaría la recuperación y, en caso de observarse dicha persistencia en el área del euro en su conjunto, conduciría con elevada probabilidad a un endurecimiento adicional de la política monetaria y, por tanto, de las condiciones financieras".
A estos riesgos se le han unido más recientemente las dudas sobre el impacto y la persistencia de las tensiones financieras recientes generadas por los episodios de turbulencias bancarias en Suiza y Estados Unidos, ha expresado De Cos.