Las perspectivas para la eurozona han mejorado considerablemente en este inicio de 2023. Por esta razón, cada vez son más las voces que apuntan a la posibilidad de que la región podría evitar la tan temida recesión este año. De hecho, los expertos de Berenberg señalan cuatro razones que, bajo su punto de vista, hacen pensar (a día de hoy) que la economía europea resistirá.
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"Regreso vacilante" al crecimiento de la actividad de la zona euro en enero, según el PMIY es que, en su opinión, la eurozona va "por buen camino". Estos son los motivos que hacen ser optimistas a los expertos de la firma alemana:
1. Afronta los vientos en contra
En Berenberg prevén una ligera contracción de la economía de la eurozona a principios de 2023, seguida de una estabilización en primavera y de un repunte a partir del verano que se acelerará a finales de 2023 y en 2024. "Este sigue siendo el resultado más probable", defienden sus expertos, aunque reconocen que las noticias "apuntan a un aumento de las posibilidades de que la zona euro evite una recesión total".
"Los riesgos para nuestra previsión de un aumento del PIB real anual de la zona euro del 0,3% en 2023 y del 1,5% en 2024 se inclinan al alza", destacan. Cabe recordar que este martes se publicaron los datos del PMI, y mostraron que la actividad de la zona euro volvió al crecimiento en enero. Es una expansión "leve", como reconocieron desde S&P Global, encargada de realizar la encuesta, aunque invita a ser optimista.
Berenberg destaca que pese a los riesgos a corto plazo para los mercados tras el fuerte comienzo de 2023, "la perspectiva de un retorno a un crecimiento sólido tras una leve desaceleración este invierno apunta a una mayor subida de la renta variable de la zona euro, del euro y de los rendimientos de los bonos alemanes de referencia a lo largo de este año".
2. Entorno internacional
Otra de las razones para ser optimista es que el entorno internacional "no es tan malo" como se pensaba. Por ejemplo, la firma alemana recuerda que hace unos días elevó su previsión de crecimiento para EEUU del 0,0% al 0,4% para 2023, y la redujeron del 1,2% al 0,9% para 2024. Asimismo, aumentaron sus estimaciones sobre el Producto Interior Bruto (PIB) de China para 2023 del 4,0% al 4,2%.
"Para ambas economías, la historia subyacente no ha cambiado. Tras una leve recesión a partir de la primavera, la economía estadounidense se recuperará a partir de principios de 2024, favorecida por una menor inflación y una serie de recortes de tipos de la Reserva Federal a partir de finales de este año", comentan los estrategas de Berenberg.
¿Y China? "Tras un comienzo muy inestable en 2023, recuperará pronto tasas de crecimiento anualizadas en torno al 5,5%, una vez que la actual mega-ola de infecciones Covid-19 haya seguido su curso", comentan. En su opinión, hasta ahora tanto EEUU como China "están capeando el temporal algo mejor de lo esperado".
Desde una perspectiva europea, esto supone una ventaja. "La reapertura de China y la consiguiente relajación de las restricciones de la cadena de suministro apoyarán modestamente la demanda y la oferta de la zona euro durante la recesión estadounidense", apunta Berenberg. También dice que cuando China, con problemas estructurales, vuelva a su "mediocre crecimiento tendencial del 4% (o menos) tras el rebote de la reapertura, la demanda estadounidense de exportaciones de la zona euro se recuperará en 2024". "En conjunto, el ciclo de la zona euro se verá impulsado sobre todo por la demanda interna más que por la externa", comentan los analistas de la firma germana.
3. Bajos precios del gas
El pasado año, la conmoción por la invasión rusa de Ucrania y las consecuencias que trajo, en forma de cortes de gas a Europa, provocó una subida de los precios. Sin embargo, el Viejo Continente se recompuso y logró llegar a la temporada de frío con las reservas de gas casi al 100%. "Parece que la región lo está sobrellevando mejor de lo que esperaban incluso los optimistas", comentan estos expertos.
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JP Morgan AM descarta que sea severa, pero EEUU y Europa aún "flirtean" con la recesiónY es que cuando ya ha transcurrido el 55% de la temporada habitual de calefacción, los depósitos de gas de la UE siguen llenos al 77,8% de su capacidad. Esto supone un récord de 18,5 puntos porcentuales por encima de la media del periodo de referencia 2015-2020 para el 22 de enero, y 35,1 puntos porcentuales más que en las mismas fechas del año pasado.
"Aunque el clima suave ha ayudado, el ahorro real ha ayudado aún más", dicen estos analistas, que remarcan que "unos precios del gas menos elevados mejoran las perspectivas de crecimiento e inflación y, más aún, de déficit presupuestario, ya que los gobiernos tendrán que gastar menos para mantener los precios del gas y la electricidad de los hogares y las empresas en niveles políticamente aceptables".
Ahora mismo, "los precios al por mayor del gas y el riesgo de escasez han disminuido y el ánimo sigue mejorando".
4. Cuestión de confianza
Y todo lo anterior puede repercutir positivamente en la confianza de la eurozona. "Si los hogares y las empresas temen al futuro, se contienen. Pero si esperan que vengan tiempos mejores, se inclinan a mirar más allá de los choques temporales y a seguir gastando", destaca Berenberg, que apunta que tanto los hogares como las empresas tendrían los medios para hacerlo.
Sobre todo, porque los consumidores de la región del euro aún disponen de un exceso de ahorro acumulado durante la pandemia, equivalente al 12% del gasto en consumo de 2022. Y los balances de las empresas están en su mayoría saneados, por lo que a pesar de la significativa disminución en la entrada de nuevos pedidos, muchas empresas todavía tienen una cartera de nuevos pedidos superior a la media. En consecuencia, algunas de ellas podrían incluso aumentar su producción a pesar de la debilidad de la demanda.
Cabe recordar que la confianza del consumidor, tras caer a un mínimo histórico de -28,7 en septiembre, se ha ido recuperando hasta situarse en el -20,9 en enero, frente a -22,0 en diciembre. Mucho mejor de lo esperado, aunque recuerdan estos expertos que "el nivel aún bajo de la confianza de los consumidores y el efecto retardado de las subidas de tipos del BCE siguen apuntando a una ligera contracción del PIB de la zona euro a corto plazo antes de que la recuperación pueda empezar a afianzarse".