La desaceleración del crecimiento económico es ya un hecho, y ahora el mayor temor que tienen los inversores es que llegue la recesión. La elevada inflación, que sigue manteniéndose en cotas no vista desde hace mucho tiempo, no hace más que incrementar ese miedo y elevar la incertidumbre. Por eso, hay cuatro escenarios para el PIB que los expertos barajan, dependiendo de cómo sea el desempeño macroeconómico en los próximos meses.
Como explica Jaime Raga, responsable de relación con clientes de UBS AM, "los inversores se replantean constantemente cuánto y con qué rapidez subirán los bancos centrales los tipos para frenar la inflación", lo que sin duda afectará a la actividad económica. Y es que si hay un "endurecimiento excesivo" quizá los bancos centrales se vean obligados a "dar marcha atrás".
En cualquier caso, este experto apunta que la persistencia de las elevadas presiones sobre los precios es "un factor crucial que diferencia este ciclo económico de lo ocurrido en las dos décadas anteriores". En UBS ven diferentes trayectorias para el PIB, dependiendo de cómo evolucione la inflación. En concreto, contemplan cuatro posibles escenarios macroeconómicos y los explican de la siguiente manera:
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JP Morgan AM: EEUU evitará la recesión "por los pelos", Europa tiene "más alta" probabilidad1. Susto en el crecimiento
Se refiere a la recesión, y este es, según los estrategas de UBS, el "escenario económico más probable" para la segunda mitad de 2022. "El aumento de la velocidad y la magnitud del endurecimiento de la política monetaria para imponer un menor crecimiento y una inflación más baja está aumentando las probabilidades de que se produzca finalmente una recesión económica. Y una recesión puede, a los ojos de los banqueros centrales, incluso acabar siendo el resultado preferido si la alternativa es dejar que las expectativas de inflación se descontrolen", explica Raga.
La actividad global ya se está ralentizando y los bancos centrales indican que es necesaria una mayor desaceleración de la actividad para que la inflación se reduzca de forma sostenible. "Hay indicios de que es el crecimiento el que está desacelerando y no la inflación, por lo que los bancos centrales siguen avanzando hacia una política restrictiva", apunta el experto de la gestora.
2. Aterrizaje suave
El tan ansiado aterrizaje suave de la economía es otro de los escenarios que contemplan en UBS. "Creemos que el mercado dará más opciones a un mayor riesgo de recesión con respecto al posible alivio de un aterrizaje suave", apunta no obstante Raga, que dice que "a primera vista, las probabilidades no favorecen a ninguno de los dos".
Y es que históricamente, cuando la inflación ha subido tanto por encima del objetivo, la cantidad de ajuste de los bancos centrales para reducir las presiones sobre los precios dan lugar a una recesión en aproximadamente el 80% de los casos. "La buena noticia es que es casi igual de improbable que se produzca una recesión cuando los balances del sector privado parten de una posición tan sólida", remarca el experto de la gestora.
Remarca también que las mismas fuerzas que actualmente contribuyen a la ralentización del crecimiento también "pueden, con el tiempo, impulsar la inflación a la baja". En su opinión, la reorientación del gasto hacia los servicios debería ayudar a que los precios de los bienes básicos se normalizaran, "quizás rápidamente". Asimismo, explica que cualquier resolución de la guerra de Rusia contra Ucrania también implicaría, probablemente, "una reversión parcial, aunque no completa, de algunas de las perturbaciones negativas de la oferta en los mercados de materias primas".
Por último apunta que a todo esto hay que añadir que, "por supuesto, los responsables de la política monetaria también pueden ser flexibles y cambiar la tendencia si la inflación se desacelera más de lo previsto". Sin embargo, en UBS creen que los banqueros centrales solo se relajarán "tras un daño considerablemente mayor a las perspectivas económicas y a los activos de riesgo, y no porque se produzca una dinámica de 'desinflación inmaculada'".
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El tercero de los escenarios es el de la estanflación, que se caracteriza por un estancamiento económico a la vez que persiste el alza de los precios. "Los precios de las materias primas, y el deseo de los bancos centrales de evitar que las expectativas de inflación se desborden al alza, son la principal fuente de riesgo de estanflación para la economía global", remarca UBS, que avisa de que "dado que la actividad se está moderando, cualquier paso hacia un escenario de estanflación sería un cambio relativamente temporal antes de que los mercados valoren agresivamente el riesgo de que el crecimiento y la inflación caigan en una recesión".
Raga pone dos ejemplos. En concreto, hace referencia a EEUU, y dice que esta situación se debe a que los bajos inventarios de gasolina y la reducida capacidad de las refinerías "amenazan con agravar el dolor que sienten las familias en sus visitas al surtidor". De hecho, las expectativas de subidas de tipos por parte de la Reserva Federal (Fed) "están fuertemente influenciadas por el precio de la gasolina".
En UBS creen que un aumento de los precios de la gasolina "provocaría probablemente que la Fed incrementara el grado de endurecimiento de su política y, a su vez, los riesgos a la baja para el crecimiento". Por su parte, habla también de Europa, y dice que el riesgo de estanflación "depende de los elevados precios del gas natural y de la posible escasez en caso de que se reduzca bruscamente el acceso a los suministros rusos, ya que las importaciones de otros países se verían en apuros para compensar la diferencia". En caso de escasez de gas natural, podría producirse un "duro racionamiento del suministro para uso industrial a finales de este año", comenta el experto.
4. Auge inflacionario
Pero, ¿y si se permite el auge inflacionario? En UBS destacan que a pesar de que las economías desarrolladas "se han mostrado sorprendentemente resistentes en 2022 frente a las perturbaciones negativas de la oferta", lo cierto es que cuanto más se mantenga la actividad mientras la inflación siga siendo alta "más motivados estarán los bancos centrales para frenar ambos factores".
Raga apunta que "mantener algo parecido a un auge inflacionista es el resultado menos probable de cara al futuro, dada la persistencia de las perturbaciones negativas de la oferta y el endurecimiento de las condiciones financieras".
Sin embargo, China destaca como una región que está preparada para contribuir al impulso del crecimiento mundial en los próximos tres a seis meses. La mejora de los resultados de la sanidad pública debería permitir que el estímulo que está aplicando Pekín impulse de forma más visible la actividad económica. Pero creemos que este impulso positivo al crecimiento se verá superado por la desaceleración que se está produciendo en otros lugares. No obstante, esta esperada mejora de los resultados macroeconómicos chinos en relación con el resto del mundo constituye, en nuestra opinión, una oportunidad de inversión.