Si el Gobierno decide recuperar el tipo habitual de dos de los impuestos que gravan la factura de la luz: el Impuesto Especial sobre la Electricidad (del 5,11%, actualmente reducido al 0,5%) y el IVA (del 21%, actualmente reducido al 5%), la factura de la luz se disparará un 20,42%, más de 100 euros al año, según los cálculos del comparador Kelisto.es.
En un escenario intermedio, en el que el Gobierno recuperara el 5,11% del Impuesto Especial sobre la Electricidad, pero limitara la subida del IVA al 10%, el encarecimiento sería más limitado: del 9,47%, añadiendo unos 48 euros al recibo de un consumo promedio.
Basándose en las tarifas más baratas del mercado libre de electricidad durante diciembre de 2023 en la modalidad de precio fijo, la factura promedio se sitúa en los 42,03 euros al mes. En este contexto, si vuelven todos los impuestos, el precio ascendería a los 50,62 euros, lo que supondría una subida de 103 euros al año (+20,42%), mientras que si el IVA se queda en el 10%, el encarecimiento se limitaría a los 46,01 euros, es decir, 48 euros más al año (+9,47%).
"Desde el cuarto trimestre de 2022, el precio de la luz en el mercado libre no ha dejado de bajar. Sumando el coste de la compensación al gas, durante el tercer trimestre marcó un máximo de 0,2836 euros el kWh, para bajar constantemente desde entonces hasta alcanzar los 0,1267 euros el kWh de las mejores ofertas del último trimestre de 2023. Los precios no son de mínimos: el mercado sigue el doble de caro que en 2019, antes de la pandemia de covid, pero sí que ofrecen al Gobierno la tranquilidad de que una subida impositiva no impactará tanto en las cuentas de los hogares españoles como en otras épocas", señala Javier Martínez, portavoz de Energía de Kelisto.es.
"En cualquier caso, no hay que fiarse. Lo sucedido durante 2022 nos muestra que el precio de la luz puede dispararse a niveles récord en cuestión de semanas o incluso de días. Generalmente, el mercado libre de la electricidad solía ser inmune a estos encarecimientos repentinos, pero eso ha dejado de ser así; la decisión de la mayoría de las comercializadoras de incluir en la factura el coste del tope al gas, que se puede encarecer rápidamente en caso de que aparezcan nuevas tensiones, hace que el coste del recibo en el mercado libre también pueda subir de repente", añade.
CÓMO FUNCIONA LA NUEVA TARIFA REGULADA A PARTIR DEL 1 DE ENERO DE 2024
Más allá de la posible vuelta de los impuestos el próximo año, 2024 arranca con un nuevo modelo de la tarifa regulada de la luz, también conocida como el Precio Voluntario al Pequeño Consumidor (PVPC).
El principal cambio es que la evolución diaria del mercado mayorista dejará de ser lo único que cuente para calcular el recibo a pagar a final de mes. A partir del 1 de enero, también contará el mercado a futuros, cuyas oscilaciones son mucho menos pronunciadas, por lo que la fórmula aportará estabilidad a la factura.
El nuevo modelo será progresivo: durante todo 2024 el mercado diario seguirá contando en un 75%, y el mercado a futuros un 25%; para pasar a un reparto del 60-40% en 2025 y un 45-55% en 2026.
Además, las pequeñas y medianas empresas (pymes) ya no podrán acogerse a esta modalidad, a no ser que sean consideradas microempresas (menos de 10 empleados y menos de dos millones de volumen de negocio).
"Es evidente que, a partir del año que entra, la tarifa regulada será más estable. Eso sí, hay que recordar que ‘estable’ no es sinónimo de ‘más barata’: si el mercado se vuelve a disparar, disfrutaremos de costes más razonables en comparación a la situación anterior; pero si el mercado cae en picado (por la implantación de renovables o la bajada en las cotizaciones del gas, por ejemplo), pagaremos más que con el modelo actualmente vigente. Eso sí, los consumidores cuentan con la alternativa de contratar tarifas con precio indexado al mercado diario exclusivamente, ofrecidas por multitud de comercializadoras, que ofrecen el coste de la subasta mayorista sin trampa ni cartón", asegura Martínez.
