- Pese a los malos datos económicos, el consumo ha aumentado
- Hay una alta probabilidad de que Alemania entre en recesión en el próximo trimestre
Al final del verano, la economía de Alemania seguía siendo el ‘motor de Europa’ y la selección acababa de ganar el Mundial de Fútbol de Brasil. Los ánimos estaban por todo lo alto, pero entonces un sondeo reveló que los empresarios teutones no eran tan optimistas.
Tras este primer jarro de agua fría, las cifras negativas no se hicieron esperar: Alemania comenzó a registrar caídas en las exportaciones y un desplome en la producción industrial. Pero el pesimismo se hizo oficial hasta la semana pasada, cuando el Gobierno de Angela Merkel rebajó seis décimas sus perspectivas de crecimiento para 2014, del 1,8% al 1,2%.
Aunque los titulares son negativos, especialmente en la prensa internacional, en Alemania no existe la sensación de que la economía vaya mal. Según cifras del Ejecutivo, el consumo interno ha aumentado y los pequeños negocios registraron en agosto su tercera subida interanual consecutiva.
“Las cifras son difíciles, pero los negocios, por lo general, son optimistas respecto a la economía y existe la sensación de que realmente no está tan mal”, señala una integrante de una asociación de empresarios, en declaraciones recogidas por BBC. Esta empresaria, señala el medio británico, prefiere mantener el anonimato por temor a la polémica surgida en torno a una posible recesión.
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CONTRASTE ENTRE LOS DATOS Y EL ÁNIMO
Las estadísticas contrastan fuertemente con el ánimo del país. No obstante, la tasa de desempleo se mantiene por debajo del 5% y los ingresos de los trabajadores están comenzando a aumentar, tras años de austeridad y salarios bajos. Esta circunstancia, unida a la baja inflación, inferior al 1%, ha hecho que los consumidores se animen.
Alemania tiene una de las tasas de inversión más bajas de Europa
Por el contrario, el profesor Marcel Fratzscher, del centro de estudios económicos DIW Berlin, considera que, aunque Alemania vaya bien en estos momentos, debería preocuparse por su futuro. Fratzscher se encuentra entre los economistas que han pedido al Gobierno que comience a invertir más en infraestructuras.
Así, apunta que el país tiene una de las tasas de inversión más bajas de Europa, lo que se traduciría en un crecimiento bajo en el futuro. Según el economista, Alemania necesitaría gastar 10.000 millones más al año sólo para mantener carreteras, puentes y transporte público.
LA TEMIDA RECESIÓN
Además, Fratzscher estima que hay un 30% de probabilidades de que la economía vuelva a contraerse durante el próximo trimestre. Esto haría que el país entrara en recesión. “Alemania tiene esta ilusión de que la actual inestabilidad económica se debe a nuestros vecinos díscolos, de que son ellos los que no están implementando las reformas correctas”, explica a BBC.
Los críticos consideran que el Ejecutivo debería comenzar a invertir para asegurar su crecimiento en el futuro. Así, aseguran que no tiene sentido reducir el déficit cuando los tipos de interés son tan bajos.
Por el contrario, Berlín ve el exceso de gasto y el endeudamiento como la causa de los problemas económicos de la zona euro. En este sentido, el Gobierno de Merkel se ha propuesto evitar nuevas deudas en 2015 por primera vez desde 1969.
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