Croacia podría introducir la moneda común de la Unión Europea en enero de 2023. El gobernador del banco central Boris Vujcic, ha confirmado a un periódico de Zagreb tal propósito un día antes de enviar la instancia para intentar unirse a la sala de espera de la zona euro, también conocida como ERM-2.
Para que la propuesta pueda llegar a culminarse, Croacia deberá satisfacer el criterio nominal de convergencia establecido por la UE, según afirma el gobernador del banco central. Los croatas podrían reunir las condiciones para unirse a la ERM aproximadamente a mediados del próximo año y así cambiar de moneda dos años más tarde. "No hay fecha establecida, debemos ir paso a paso" afirma Vujcic.
En otro nuevo paso hacia la entrada en la zona Euro, Croacia solicitó en mayo al Banco Central Europeo establecer una más cercana cooperación con la política monetaria del país bajo la supervisión de los bancos comerciales. El denominado "Mecanismo único de Supervisión" es clave en la entrada del país en la ERM. Con un 80% de depósitos en euros, la economía croata es la más dependiente respecto al euro de las que forman parte de la ERM. Por último, Vujcic ha argumentado en reiteradas ocasiones que si la Kuna (moneda local) permanece emparejada con el euro implicaría ceder soberanía en materia de política monetaria.
Croacia no es el único país que tiene intención de unirse al euro. Bulgaria y Rumanía se sumarán a otros países comunistas como Estonia, Letonia, Lituania, Eslovaquia y Eslovenia, quienes, ya cumplieron su compromiso de cambiar la moneda existente durante el bloqueo de comercio de 2004. En cuanto otros grandes países de Europa del Este como Hungría, Polonia o República Checa, no tienen intención a corto plazo de unirse a la zona Euro a pesar de la advertencia de que la UE les advirtiese de incorporarse.